IEl domingo no fue un partido ordinario de mediodía en París. PSG venció 4-3 al Lille en un partido loco que lo tuvo absolutamente todo… dentro y fuera del campo. Kylian Mbappé marcó un gol casi antológico, el PSG se dejó remontar… para ganar el partido en el minuto 95 con un tiro libre de Leo Messi.
Más temprano, neymar se lesionó (una lesión en el tobillo tres semanas antes del partido contra el Bayern) y director deportivo luis campos subió al banquillo para ‘sustituir’ a Christophe Galtier y ejercer de entrenador, dirigiendo al equipo y enfrentándose al cuarto árbitro.
Todo sucedió en la segunda parte. El Lille remontó en el minuto 13 y en el 70, cansado de lo que estaba viendo, Luis Campos saltó a la banda del Parque de los Príncipes.
Los espectadores que miraban por televisión y los presentes en el estadio no podían creer lo que veían. El portugués, completamente fuera de sí, empezó a dar órdenes.
«No es interferencia. En el Mónaco no hubo interferencia. A Luis le apasiona ganar. Hubo enojo pero no interferencia», defendió Galtier.
“En cuanto a hoy, estoy al frente, no puedo mirar atrás. ¿Qué denota esto? Muchas ganas de triunfar. Por supuesto que Luis es parte del cuerpo técnico.
«Esto no es un problema para mí porque no hay intervención técnico-táctica. Hay pasión».
Neymar vuelve a lesionarse
Neymar, que marcó, es seria duda para el partido ante el Bayern en la Champions League. Un partido que marcará la temporada de un PSG que definitivamente no se conformará con ganar la Ligue 1.
el brasilero que se fue en camillasufrió un esguince de tobillo que lo podría descartar por bastante tiempo.
Galtier sigue bajo escrutinio
PSG luchó para entrar en ritmo contra un buen equipo de Lille que compitió en todo momento. Fue Mbappé, con un golazo, quien abrió el camino a la victoria. Poco después, Neymar hizo el 2-0 tras un gran gesto de Vitinha. Fue entonces cuando el PSG ‘se apagó’ y permitió que los visitantes volvieran al juego. Tres goles de un Lille que aspira a disputar los puestos de Champions en la Ligue 1.
La sensación era tensa después de tres derrotas: ante Marsella, Mónaco y Bayern, y una cuarta derrota consecutiva se avecinaba. Eso fue hasta Mbappé y Messi apareció, y le dio la vuelta al juego a la muerte.