No fue sólo la afición del Náutico la que se enfadó con la derrota ante Vila Nova por marcador de 2 a 1, en pleno estadio Aflitos, en partido válido por la 25ª jornada del Campeonato Brasileño de Serie B.
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Cuando el cronómetro ya marcaba el minuto 48 de la segunda parte, el centrocampista Wagner, del Vila Nova, cayó al césped y se le pidió que entrara en camilla para sacar al jugador. Fue entonces cuando ocurrió un movimiento muy inusual. Enfadado por la falta de lanzamiento de penalti (ocurrida minutos antes del gol de la vuelta de Vila Nova), el camillero del Náutico que trabajaba en el partido aprovechó y empezó a discutir con el árbitro Jean Pierre Gonçalves.
Aunque el árbitro se tomó la denuncia como un deporte, el “momento de furia” del camillero tuvo aún más consecuencias. Tras sacar a Wagner del campo, simplemente se soltó de su lado de la camilla y terminó derribando al jugador. Entonces el camillero corrió hacia los vestuarios.