El optimismo que recorrió el River Camp en el inicio de la semana, fundamentado en la buena evolución de Miguel Ángel Borja de su lesión muscular en el aductor mayor de la pierna izquierda, halló un stop lógico: cuando faltan horas para el primer superclásico del año, el 9 sigue entrenándose diferenciado y su presencia permanece en duda. Por su importancia en el equipo, y porque no hay otro que pueda reemplazarlo directamente, es que se lo esperará hasta último momento. En la práctica de este sábado, la última antes de recibir a Boca, Martín Demichelis determinará si lo cuenta o no en la lista.
Aunque sumó algunos días de trabajo junto a sus compañeros, incluso haciendo ejercicios con pelota, todavía no se exigió al Colibrí. Si fuera cualquier otro partido, lo más sensato sería guardarlo y esperar a que esté a punto para volver a jugar. Pero no es cualquier otro partido, y en el plantel saben que no es lo mismo contar con el colombiano que tener que arreglárselas sin él.
“Es importantísimo para nosotros. Viene en un gran nivel, metiendo goles en todos los partidos y con confianza. No se está entrenando a la par del grupo, pero está haciendo un gran esfuerzo para poder estar. Ojalá se pueda recuperar”, expresó Franco Armani en la conferencia compartida con Nicolás Figal. Y si bien estableció que “tenemos jugadores para reemplazarlo y hacerlo de la mejor manera”, los números prueban que la artillería made in Borja no es tan fácil de suplir…
No solo convirtió casi la mitad de los goles del equipo (siete de 15, cosechados en seis partidos), sino que la producción del equipo disminuyó drásticamente cada vez que faltó MAB: River convirtió solamente dos veces en los 184’ en los que el colombiano no estuvo en cancha (el tercero a Excursionistas y el único vs. Banfield), lo que le da un bajo promedio de un tanto cada 92’; mientras que con él, la media asciende a un grito cada 35’ (13 en 456’).
Si no llega Borja, hay dos planes…
Por eso, porque sabe lo que es marcarle a Boca (en el último superclásico en el Monumental, él anotó el gol del triunfo agónico) y porque hay muchos planes para reemplazarlo, pero ninguno suena tan convincente como tenerlo a él causándoles terror a las defensas por tierra y aire, es que se esperará a Borja hasta las últimas instancias. Para que, si no puede ser titular -por estas horas, asoma casi un imposible-, al menos pueda ingresar desde el banco si el partido así lo requiere. De no ser posible, habrá que luchar con las armas disponibles. Y Micho tiene pensadas a dos con las que hasta hace poquito no contaba y que pueden ofrecerle muchas variantes: Pablo Solari y Claudio Echeverri pelean por ese lugar.
El Pibe y el Diablito, regresados del Preolímpico hace una semana y piquito, se reincorporaron al equipo y ya hicieron su aporte: Solari clavó el gol del empate ante Banfield, y la joyita ingresó para darle algo de desfachatez a un equipo adormecido. Aunque no podrán cumplir el rol del Colibrí, el que quede acompañará a Colidio.
El gol de Borja que valió un superclásico
River Plate – 23-2-2024