Mientras este fin de semala los argentinos estarán expectantes al rendimiento de Franco Colapinto en su segundo Gran Premio de Fórmula 1, el River de Marcelo Gallardo tendrá el primer test drive este viernes a la noche (desde las 21) ante Atlético Tucumán en el Monumental antes de la carrera del martes hacia la quinta Copa Libertadores en Chile, frente a Colo Colo por la ida de cuartos. Porque Deca en más se vendrá otra historia. Una nueva.
El partido de por la 14ª fecha de la Liga Profesional será el primer desafío decisivo de los cinco que tendrá que afrontar el equipo del Muñeco en 16 días: tras el regreso de Santiago jugará el superclásico en la Bombonera (va el sábado) tres días antes de la revancha del mata-mata de la Copa y en pos de festejar una victoria que siempre brinda un impulso único y que le permitiría descontarle puntos a Boca tanto en la tabla de la LPF como en la anual, clave por la clasificación a la Libertadores 2025. De hecho, la seguidilla de la primavera en la que el entrenador de River espera ver florecer el juego que pretende del equipo finalizará el 29 de septiembre en Núnez frente a Talleres, otro rival directo en la puja por un pasaje a la próxima CL.
Atlético Tucumán se presenta como un examen a la medida de lo que precisa Gallardo para contar con un diagnóstico físico, futbolístico y mental del equipo a horas de la visita de Copa contra Jorge Almirón, Arturo Vidal y compañía. Porque el Decano viene mostrando un alto nivel y es el único escolta de Vélez en el campeonato. Se trata de un adversario conceptualmente ideal y oportuno para que el deté pueda romper la pared de lograr su primera victoria en la LPF en su segundo ciclo en el banco de River, pero sobre todo para que el deté confirmé en cancha por los puntos lo que advirtió en la semana de mini pretemporada del plantel en Pilar durante el receso por la doble fecha FIFA: que los jugadores elevaron el umbral de su rendimiento físico y están las condiciones deseadas para desarrollar un fútbol de mayor intensidad, dinámico y preciso en velocidad.
MG espera comprobar hoy en el Liberti, frente a 85.000 hinchas, que la presión alta que le festejó a Simón en una de las prácticas se puede replicar en forma constante como parte de una renovada identidad del equipo, ya moldeada con la matriz del DT más ganador de la historia del CARP, que a la vez aprovechó ese “retiro” en Pilar para fortalecer aún más su vínculo con el grupo.
Gallardo también podrá testear si Borja se adaptó a los nuevos movimientos para ser el primer defensor asfixiando al rival en la salida y si los 15 días de trabajo arduo que el Diablito Echeverri no había tenido en el año (durante las dos pretemporadas del año participó en las competencias de la Selección Sub 23) le brindaron el salto de potencia física que necesita para cumplir el sueño de la Copa antes de partir a Europa.
Casos puntuales a prueba
Otros protagonistas que seguramente sean expuestos a un exigente examen, ya sea en el 11 o sumando minutos ingresando desde el banco, son Milton Casco (ocuparía el lateral izquierdo si al Huevo Acuña lo preservan pensando en el viaje a Chile), Nacho Fernández (hizo un gol en el 4-2 del amistoso con Platense; pelea un lugar con Mastantuono) y Manu Lanzini (titular con Gimnasia y con participación en cinco de los seis partidos del ciclo MG II, igual que el Cerebro deberá en el tiempo que le toque demostrar lo que puede dar).
Este viernes noche comienza la etapa más decisiva de la segunda era Gallardo, con todos los jugadores a disposición (a excepción del Pity Martínez, cerca de volver a las canchas) y con la obligación de demostrarle al entrenador que tiene con qué creer para remontar posiciones en el torneo local e ir por la soñada quinta Libertadores. Y en el mismo Monumental. Deca en más es otra historia…