«A veces toca sufrir, pero el equipo también está preparado para eso: para defender, correr y meter”. También hay que saber sufrir. Razonamiento tanguero de Franco Armani. Buzo naranja en flor (de atajadas). Autor de un valioso puñado de voladas para reivindicar por qué es el único jugador del fútbol argentino campeón del mundo y citado a la Selección para la próxima doble fecha de Eliminatorias, repitiendo presencia como en todo el ciclo de Lionel Scaloni. Validada con partidazos como el que tuvo ante Talleres.
“La idea era ganarle a un rival al que en los partidos anteriores nos costó derrotar. Hacerlo en nuestra casa era una deuda pendiente, y se hizo”, remarcó un Pulpo que terminó vitoreado por 86 mil espectadores. Hinchas de River y de él. Fieles a él más allá del bajón que sufrió durante el semestre pasado (Vélez y Platense, sus picos negativos) o de los cuestionamientos por su falta de expertiz al momento de los penales. Contingencias que está claro no llegan a esmerilar el profundo cariño del hincha para un arquero que brilla en continuado en los 90 minutos y que es capaz de responder con tapadas que valen tanto como los goles.
Porque Armani ganó el partido que Rondón abrió, nalga mediante. El Chili lo hizo a partir de sus reflejos para desactivar, ya en el primer tiempo y con ayuda del poste izquierdo, un sablazo de Ramón Sosa. Anticipo de lo que haría en el segundo tiempo para ahogarle el grito de gol a Rodrigo Garro, tres veces verdugo en los dos cruces previos frente a Talleres: un desvío a mano cambiada para sacar por encima del travesaño un remate con comba y después una volada abajo para mandar al corner un chumbazo de media distancia.
El equipo, por delante de las individualidades
“Por delante de mi trabajo pongo al equipo”, lanzó Armani, poco afín a la autorreferencia. “Se jugó muy bien ante un gran rival que ante nuestras pérdidas manejaba bien la pelota. Aun así hicimos un gran partido”, analizó, no sin reconocer que “nos faltó terminar el partido antes en alguna de las situaciones que tuvimos”, aunque valorando que “pudimos sostener” el triunfo. Llegando, así, a la punta de la zona A. Con aspiraciones de pelear la Copa LPF.
Y para eso, según Armani, “tenemos que a seguir misma manera, como lo venimos haciendo”. Dándole continuidad al nivel de tensión del superclásico y del primer tiempo de este domingo ante Talleres, River se acercará a una regularidad que lo consolidará como candidato. Y en los momentos de zozobra podrá contar con él. Porque cuando toca sufrir, ahí aparece el Pulpo.