El escándalo no para en España: lejos de renunciar, Luis Rubiales ha decidido atornillarse a la presidencia de la Real Federación de Fútbol (RFEF) y negarse a ceder a la presión por su salida.
Una insólita acusación a Jenni Hermoso de haber sido quien propuso el beso del escándalo, en la celebración del título del Mundial Femenino, y una versión por lo menos inesperada de cómo ocurrió lo que millones vieron por TV fueron todo lo que quedó en medio de la masiva petición por su salida.
Pero el apoyo a la jugadora fue total y por eso, antes que resignarse al discurso desafiante de Rubiales, se buscan opciones para que el escándalo, al menos, le cueste el puesto.
¿Qué debe pasar? Lo primero es que ni siquiera el presidente del España, Pedro Sánchez, puede despedir a Rubiales, muy a pesar de la solicitud expresa que ha hecho de pagar por su actuación en la fiesta del título, en Australia,
Pero el Consejo Superior de Deportes (CSD), órgano del Ministerio de Cultura y Deporte, sí tiene la facultad, aunque le proceso no es sencillo. «La Administración podría actuar contra Rubiales a través del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), órgano del CSD, si recibe una denuncia contra el decoro deportivo o un abuso de poder, infracciones que están recogidas en la Ley del Deporte y podrían costarle entre dos y 15 años de inhabilitación», dijo el sitio Público. es.
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De hecho ya Miguel Ángel Galán, director del centro de formación para entrenadores Cenafe, presentó la primera denuncia contra Rubiales este lunes ante dicho órgano, por lo que este mecanismo ya se echó a andar.
Si fallara, .los propios miembros de la RFEF podrían considerar que se vulneró el protocolo de actuación frente a la violencia sexual del organismo deportivo, lo que permitiría presentar una moción de censura contra Rubiales.
En este caso, se requiere que la petición sea formulada por «al menos un tercio de los miembros de la Asamblea General, o lo que es lo mismo, 46 miembros, según recogen los estatutos de la RFEF», según la fuente.
Así que si no quiere renunciar, perfecto. Era su opción. No significa que pueda pasar de largo por este escándalo, como ha hecho con otros como presidente de la RFEF. Hay demasiada presión.