El lenguaje corporal de los jugadores de River está muy lejos de ser de convencimiento. Más bien es hoy un equipo al que su espejo le devuelve una imagen de resignación. Así como la deshonrosa eliminación ante Temperley fue calificada por la mayoría de los hinchas como la peor de todo el ciclo de Martín Demichelis en una encuesta en la web de Olé, la derrota ante Argentinos en La Paternal agudizó el diagnóstico de un equipo que pocas veces en esta era deambuló tan desalmado por una cancha. A la altura de aquella caída contra Vélez en Liniers (0-2, el 02/09/23) horas después del temblor en el vestuario por las filtraciones internas del off the record del entrenador, el 0-1 en el Diego Maradona mostró a un equipo golpeado, jugando casi como por inercia, con errores conceptuales gravísimos y sin siquiera una gota de rebeldía para buscar, aún sin ideas, un empate que jamás iba a llegar. Casi sin patear al arco en todo el partido, no fue menos preocupante cómo se autopercibió el CARP en palabras de un González Pirez que suele ser de los más lúcidos para declarar pero al que esta vez le faltó autocrítica para describir el partido que River acababa de perder.
Martín Demichelis tiene, desde ya, una altísima responsabilidad por el momento que vive el equipo, pero los futbolistas no se quedan atrás. En todo caso, lo que volvió a ponerse en evidencia es que el entrenador no forjó una personalidad fuerte para su River al cabo de un año y medio y que su mensaje no termina de llegarle a un plantel que sigue sin dar la talla en los partidos importantes, en duelos de eliminación directa, en compromisos contra rivales de cierta jerarquía y/o que le plantean duelos de pierna fuerte, sobre todo si son fuera del Monumental.
Con Paulo Díaz como una de las pocas excepciones incluso en la exasperante performance ante el Bicho, el equipo quedó en deuda desde lo futbolístico pero también en el plano de lo temperamental. La derrota contra Boca, el empate contra un Nacional que se lo llevó puesto para empatarle un partido que ganaba 2-0 (algo que este año ya le había sucedido ante Talleres en Córdoba) y el papelón versus Temperley con el Gasolero metiendo a River en un arco en los últimos minutos del duelo de Copa Argentina son las últimas muestras de un conjunto que en La Paternal tocó un piso en términos de carácter y rebeldía. Y eso también se pondrá en juego este jueves en el Liberti cuando el equipo reciba a Deportivo Táchira por la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Claro, el foco de ese partido estará bastante más puesto en las tribunas que en un duelo que River como local debería resolver muy fácil ante el rival más débil de su zona. Más allá de que hoy la figura de Demichelis es, por muchos motivos, la que termina por aglutinar la mayor cantidad de críticas de parte del colectivo riverplatese, a la gente se le empieza a cabar la paciencia, también, con muchos jugadores. “Pongan más huevo, pongan más corazón” cantaron los hinchas durante el último River-Libertad dando a entender que tampoco están conformes con las prestaciones de esa pata de la mesa que es el plantel. No sorprendería que aparecieran los bises de esa canción de protesta después del inesperado pero justo tropezón contra Temperley y de una performance tan pobre desde lo futbolístico y emocional contra Argentinos Juniors. El alma está en deuda…
Las críticas de González Pirez
River Plate –
Las críticas de González Pirez luego del 0-1 de River ante Argentinos
El resumen de la derrota de River en La Paternal
Argentinos Juniors –