Pese a ello, el triunfo se aplaude e ilusiona por lo que puede venir. Si bien no fue un partido con muchos goles ni hubo un espectáculo como le gusta al hincha, Alianza Lima supo resolver frente al arco de Ángel Zamudio gracias un gol de Barcos. Sí, el ‘Pirata’ terminó la jugada, pero hubo una serie de hechos que propiciaron aquel remate. De igual forma, queda demostrado que los íntimos entienden el mensaje de Larriera y poco a poco van asentándose dentro de lo que el técnico busca para este equipo.
La reivindicación de Barcos
Sorprende cómo un futbolista puede pasar de villano a héroe en cuestión de minutos. Barcos no estaba haciendo un buen partido y antes del gol las críticas en su contra eran constantes en redes sociales. Estaba descolocado, no conectaba con Cueva ni Concha y no tuvo una opción clara en los primeros 45′. Pero las cosas cambiaron tras el descanso y el argentino pudo tomar mayor protagonismo. Falló una ocasión increíble sin arquero y después pudo reivindicarse: capitalizó una gran acción individual de Aldair Rodríguez y anotó a los 58′ el gol de la victoria.
Ese movimiento segundos antes de que Aldair diera el pase hacia atrás es mérito total de Barcos y habla bien de la experiencia que tiene pisando el área. El ‘Pirata’ atacó al espacio y eludió a tres centrales huancaínos que lo perdieron de vista. En un segundo, sin hacer ruido y con un toque sutil, Barcos pasó de villano a héroe rápidamente. Se reivindicó en la cancha y dio el golpe de jerarquía que Alianza necesitó. Cuando las cosas no salen y el arco no se abre, aparece la experiencia para resolver. Y Barcos encarna esa personalidad.
Aldair es un avión
Si hubo un jugador que le cambió la cara a Alianza Lima ese fue Aldair, quien ingresó tras el descanso por el lesionado Cueva. y terminó como uno de los elementos más determinantes en tienda blanquiazul. Se colocó por la banda derecha y Concha asumió la función de conductor. Desde esa zona, el extremo íntimo fue un avión: no solo ofreció un gran despliegue físico, sino que generó casi toda la acción que terminó en el gol de Barcos. Y es que Aldair le ganó en velocidad a Hugo Ángeles, pisó el área y sacó el pase hacia atrás para que el ‘Pirata’ defina. Él creó la oportunidad de peligro y tomó la decisión correcta en el momento preciso.
La manera en la que Aldair ingresó al partido dejó satisfecho a Larriera, porque fue un cambio que termina siendo incidiendo en el juego y en el resultado. No solo apareció en el momento del gol, sino que potenció al equipo con su juego, su velocidad y su recorrido. Rodríguez fue un arma constante para los blanquiazules y si mantiene esa regularidad puede, incluso, ganarse la titularidad en el equipo del uruguayo. Depende de Aldair marcar diferencias respecto al resto de sus compañeros.
Concha, el tiempista
Fue figura en Cusco en la fecha anterior y ahora volvió a destacar. La regularidad que muestra Concha en Alianza Lima lo convierte en el mejor jugador del equipo en el Clausura. Ante Sport Huancayo, el ‘10′ blanquiazul inició las acciones como volante por derecha, pero tuvo la libertad para moverse por el frente de ataque, asociarse con Cueva y estar cerca de Barcos. Alianza jugó a su ritmo, de acuerdo a sus ideas, a su manera de entender el fútbol. Jairo es el pilar que sostiene la colectividad en tienda íntima y marca los tiempos dentro de la propuesta de juego que asume Larriera.
Concha no marcó esta vez, pero su nivel se sostiene con el pasar de las jornadas. Es el ‘cerebro’ detrás de la organización de Alianza y el encargado de que todo funcione de acuerdo a lo planificado. El mediocampista también se animó a patear al arco de Zamudio; y si bien no tuvo éxito, demuestra que tiene confianza en sí mismo y que su edad no es un limitante para ser uno de los caudillos de este equipo. Concha está en buen momento y lo confirma en cada partido.
Presión e intensidad
Con apenas dos partidos dirigidos, es difícil sacar conclusiones de la era Larriera. Lo que sí es posible es la tendencia de lo que quiere hacer, la idea que busca implantar y transmitir a sus jugadores. Se vio la semana pasada en Cusco y ahora volvió a quedar en evidencia en Matute: presión alta e intensidad. Alianza fue un equipo que dominó a Sport Huancayo, le quitó la pelota, tuvo el protagonismo del juego y fue quien tuvo mejores opciones de gol. Remató 17 veces y solo cinco fueron directo al arco de Zamudio. Es más, el gol de Barcos se genera por una presión de Peruzzi en campo rival, tal y como pide Larriera.
Mantener la presión durante todo el partido es difícil, pero se trabaja en la interna para que sea constante en la medida de lo posible. Alianza busca ser un equipo que proponga de local y de visita, con esa intensidad para hacer transiciones rápidas y atacar a los espacios. Es pronto para sacar conclusiones, pero se nota la intención del DT. Ahora, es necesario sostener ese rendimiento y trabajar en algo igual de importante: la efectividad frente al arco. Si se soluciona ese problema, Alianza volverá a ser el equipo del bicampeonato.
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