Carioca, pero el mejor: Nicolás de la Cruz ya se siente en Río de Janeiro. En Uruguay empezó a terminar de cocinarse un pase que pudo haberse hecho en julio pero que está a punto de concretarse un semestre después: el charrúa quedó a un paso de ser nuevo futbolista del Flamengo. Al otro lado del Río de la Plata hubo un cónclave decisivo entre Paco Casal, agente del volante de River, y Marcos Brazo, vicepresidente y encargado del fútbol del Mengao: en la noche del jueves, el representante y el directivo se reunieron en el hotel Enjoy de Punta del Este para terminar de ultimar los detalles de una transferencia por la que River de momento no está sentado en la mesa de negociación. Y puede que no lo esté: desde Brasil anuncian que el Fla está decidido a invertir en De la Cruz la cifra de mercado convenida entre el uruguayo y el CARP para una eventual transferencia y que la figura del equipo de Martín Demichelis firmará un vínculo por cinco temporadas, hasta diciembre de 2028.
Pero el tema va más allá de un acuerdo de palabra: desde el entorno de De la Cruz aceptaron en las últimas horas que el encuentro Casal-Braz terminó con una cruza de papeles y hasta con una firma contractual ad referéndum de parte del jugador y el gancho del Flamengo como compromiso de abonar los u$s 16.000.000 con los que comprarían la ficha del 11. Si ambas partes cumplen entonces con lo pactado, avisa su círculo, en cuestión de horas será el propio DLC el que notifique a River y, luego, el Rubro-Negro girará el dinero para hacer el pase efectivo.
De la Cruz y una transferencia que podría ser histórica para el fútbol sudamericano
¿Qué dice River a todo esto? De momento, el club mantiene puertas para afuera la misma postura de las últimas semanas: a Núñez no llegó la oferta desde Brasil, pero saben que si el Mengao pone sobre la mesa 16 millones de dólares no habrá mucho por negociar. Aunque la cláusula establecida en su última renovación de contrato a fines del año pasado es de 22M, tanto Flamengo como la representación de DLC tomaron como parámetro la cifra de u$s 16.000.000, que fue la que hace seis meses arreglaron en buenos términos entre el CARP y el jugador para una venta: ése fue el número que iba a poner el Al Duhail de Qatar para llevárselo antes de que fuera el propio mediocampista quien diera de baja esa posibilidad priorizando objetivos deportivos. Ese fue el número, también, que el Flamengo no quiso abonar hace seis meses en palabras del mismo Braz: el fracaso internacional del cuadro carioca que derivó en el despido de Sampaoli y el semestre top de De la Cruz en River pero especialmente en Eliminatorias siendo figura contra rivales de elite como Argentina y Brasil terminaron por convencer al club más popular del continente a desembolsar un dineral que transformaría al charrúa en el jugador más caro de la historia en pasar de un club sudamericano a otro (por encima de Pratto, de San Pablo a River, y de Tevez, de Boca a Corinthians) y en uno de los más caros de la historia del Brasileirao por detrás de Gabigol, por el que Flamengo le pagó al Inter más de € 17.000.000.
Claro que para River no sería una buena noticia: al margen de la pérdida deportiva evidente que representaría para el equipo, por tener el 50% de la ficha (la otra mitad pertenece a Liverpool), a la Tesorería del Monumental entrarían 8M. Sí, poco más que lo que invirtió el club primero en la compra de un 30% en 2017 (u$s 4M) y luego en otro 20% antes del Mundial de Qatar (u$s 2,6M en 24 cuotas), sin contar el canon locativo que acordó abonarle en octubre, premios y salario: en este escenario, el CARP recuperaría la inversión y le quedaría un margen mínimo de ganancia por el futbolista que, a los 26 años, tiene desde hace un par de temporadas -pero especialmente tras su última renovación, cuando podía negociar como agente libre- la promesa de River de aceptar una venta. Y ahora está todo dado…