El fútbol argentino vivió una jornada histórica, cuando en el duelo entre Newell ‘s Old Boys y Deportivo Riestra por Copa Argentina debutó el chico Mateo Apolonio en el Malevo con apenas 14 años. Todo un récord que quedó en la historia de nuestro fútbol. Además de Apolonio, en el banco del equipo del Bajo Flores se encontraba Alejandro Fernández, juvenil categoría 2004, sobrino de Enzo Fernández, estrella de la Selección y del Chelsea.
Ale pasó por el Twitch de Olé y contó cómo fue ese momento en el que se enteró de que estaba convocado para el partido frente a la Lepra, además de revelar detalles de su relación con su tío, su familia, el momento en el que quiso dejar el fútbol y más.
“Estaba en la parada a diez cuadras del predio, salía de entrenar y me llaman que vuelva, pensé que me iban a retar, volví corriendo todas esas calles porque quería saber qué pasó. Cuando llego me dicen que debía presentarme al otro día, que viajaba con el equipo de Primera a Entre Ríos, no lo podía creer. Lo primero que hice fue llamar a mis abuelos, fue muy lindo”, contó en el programa Primer Tiempo.
Sobre Apolonio, el joven detalló los momentos previos en la concentración del plantel: «Estábamos juntos en la pieza con el Enano, pensábamos ‘qué lindo sería debutar mañana«‘. Después, en el partido, se da el debut histórico de Mateo, Alejandro confesó que todo el plantel lo felicitó pero también le aconsejaron que debía permanecer tranquilo. «Cualquier otro se agrandaría, pero él no. Escuchó los consejos de todos, estoy muy contento por él».
Si bien su debut no se dio, se sabe que será tenido en cuenta por el Ogro Fabianni para los próximos partidos. Fernández cree que su momento está cada vez más cerca: “Me lo tomo con calma -sobre debutar- somos todos iguales, hay que ser fuerte mentalmente. Me motiva saber que por algo estoy acá, cuando llegue el momento será algo inolvidable”.
Enzo, un ejemplo a seguir
Sobre la relación con Enzo Fernández, contó: «Tengo contacto todos los días con él, yo vivo con mis abuelos (los papás de Enzo) y estamos siempre hablando, me felicitó por la convocatoria y me dijo que esté tranquilo, pero que no me desconcentre». Además, contó: «De Enzo aprendí la disciplina y el sacrificio, es inigualable. Recuerdo que lo veía que no faltaba a ningún entrenamiento, a veces no venía a los cumpleaños. Trato de seguir sus pasos y sobre todo su humildad«.
El juvenil que llegó este año a Riestra contó un episodio que le tocó vivir cuando se había alejado del fútbol: «Un día estaba con unos amigos en una esquina, andaban en la suya, los veía a todos arruinados. Ellos salían a robar y tenían quilombo con todos. Por esa esquina pasó un auto disparando, por suerte no me dieron, pero uno de mis amigos fue herido, yo tuve un Dios aparte. Ahí dije basta, hice click». A partir de ese momento el chico decidió volver a entrenar y este año se sumó a las juveniles del Malevo, donde espera con ansias su posibilidad.