River es el Bayern de Sudamérica. Tiene principios, modales, metodología, que se asemejan muchísimo de una historia que exige no sólo ganar partidos sino títulos y dentro de esos principios está la presión, el sentido, el pase. Eso lo voy a buscar desde el primer día. La historia te exige ganar, pero hay una forma que respetar. Y la vamos a intentar respetar».
Hace un año y algunas horas, el 16/11/22, Martín Demichelis se sentaba en la sala de conferencias del Monumental con una sonrisa dibujada en el rostro. No era para menos: el cordobés se había preparado durante muchos años para ese día, para este desafío. Hoy, a un año de aquella tarde que representó un hito para la vida moderna de un River que se sentía huérfano por la salida del entrenador más ganador de todos los tiempos, la sonrisa en el gesto de Micho va y viene. Sí, así como fue y vino el 2023 del CARP que de a poco se va cerrando pero que todavía tiene por delante la posibilidad de ganar dos títulos más.
Y es que la primera temporada DG (después de Gallardo) tuvo altibajos y, extraño caso, ofrece distintas miradas a la hora de hacer un balance. El primero de todos, acaso el numérico, deja un saldo positivo: después de un frustrante 2022 en el que River no festejó nada, el equipo salió campeón de la Liga Profesional con muchísima holgura y todavía puede aspirar a sumar estrellas en la Copa de la Liga y el Trofeo de Campeones; ganó bien los dos superclásicos del año (en el ejercicio anterior había perdido ambos), arrasó en la tabla anual sacándoles 20 puntos al segundo (Talleres) y 25 a Boca al cabo de 40 partidos y llegó a distintos récords de rendimiento entre los que se destacó la infernal racha de 20 triunfos seguidos en el Monumental.
Eso sin contar, desde ya, lo que representó para el clima interno y externo que el rival de toda la vida no haya ganado la Copa Libertadores…
Acaso por todas esas cosas el propio Enzo Francescoli calificó en las últimas horas como «súper exitosa» esta primera temporada sin un Gallardo que desde este sábado está un poco más lejos en tiempo y espacio: la llegada del Muñeco a Arabia bien puede considerarse como una instancia final del duelo que transitó todo River en este tiempo. Pero el Director Deportivo del CARP, además de subirle el pulgar al 2023 de MD, comparó este inicio al del Pelado Díaz en 1996: «Ramón vino como vino hoy Martín: con muchas ganas pero sin experiencia. Entonces nosotros (los jugadores de ese momento) lo ayudamos a transitar ese camino. Es normal».
Demichelis y las dificultades internas
La frase del uruguayo encierra, justamente, el otro análisis del 2023: así como aquel Ramón tuvo -es ya sabido- conflictos de cartel y de gestión de grupo con muchos referentes de época, el primer año Demichelis no podrá ser redondo por varios motivos, pero principalmente porque Micho tuvo problemas con su ascendencia en el vestuario: las filtraciones internas y las dificultades para administrar un plantel muy largo no sólo lo expusieron puertas adentro sino que marcaron un precedente que inexorablemente deja interrogantes de cara al 2024.
Eso sin contar, claro, la frustración que representó el año en el plano internacional, un equipo que de momento no estuvo a la altura en los mano a mano (ahora tendrá revancha antes de las Fiestas), los ya conocidos cambios de personalidad del CARP cada vez que sale de Núñez, con niveles usualmente bajos y el déficit defensivo que viene de arrastre pero que Micho no terminó nunca de solucionar y que da como resultado que River sea un equipo de diván pero, especialmente, poco confiable. Sí, hay Micho por analizar…