Le dio el triunfo a Independiente ganando de arriba, pero Sergio Barreto viene desde abajo. El defensor de 21 años salió desde el subsuelo en el que habitan los condenados al olvido y la postergación. No hace falta retroceder demasiado en el tiempo: en diciembre de 2017 vio la final de la Sudamericana entre Independiente y Flamengo en la Villa 31 junto a toda su familia. Allí vivió hasta hace poco tiempo. Tal vez por eso se emocionó cuando supo capitalizar un centro de Andrés Roa para convertir el gol de la victoria del Rojo. Porque el zaguero tuvo que remarla y mucho para vivir este presente que lo encuentra como titular en el club que lo vio crecer.
«Estoy muy contento por el gol, lo venía soñando y que se dé justo en este estadio es algo muy lindo», comentó el central, con la simpleza propia de un pibe humilde. En los entrenamientos ya había convertido, aunque la oportunidad de meterla no se le había presentado en los partidos. “Todos mis compañeros me venían diciendo que la iba a meter y yo les decía ‘no me quemes’. Igual yo lo soñaba. Por suerte se me dio ”, contó el futbolista, quien es seguido de cerca por Eduardo Berizzo para la selección de Paraguay, ya que tiene familiares nacidos en ese país.
Apenas desembarcó en Independiente, Julio César Falcioni vio a Barreto en las prácticas y consideró que tenía que ser titular. Comenzó jugando como stopper por derecha y rápidamente se ganó los elogios de Pedro Monzón, ex defensor y ayudante de campo del Emperador. Ante Defensa se desempeñó como primer zaguero y tuvo una actuación actuación. «Necesitábamos los tres puntos para seguir arriba y pelear el torneo hasta el final ”, expresó. Independiente quedó tercero en la Zona B y volvió a ganar tras cuatro partidos. Barreto se ilusiona, pero fue mesurado: “Estamos todos tranquilos, tratando de sacar esto adelante”.