Un doblete de Harry Kane respondió a los dos goles del islandés Gylfi Sigurdsson y evitó la derrota ante el Everton
del Tottenham
(2-2) de Jose Mourinho que prescindió otra vez del galés Gareth Bale, en el banquillo.
El delantero internacional inglés se marchó lesionado en el tiempo añadido con una dolencia en el tobillo derecho producida por un choque con su compañero Richarlison, que le cayó encima.
El duelo de Goodison Park encaró a dos equipos a la baja. Fuera de las zonas europeas sometidos por la necesidad de sumar para escalar posiciones en la tabla.
El Tottenham es séptimo con una sola victoria en sus cuatro últimos partidos. El equipo de Liverpool es octavo, un puesto por detrás con dos empates y dos derrotas en sus compromisos recientes. Ninguno mejoró tras el enfrentamiento.
El conjunto de Jose Mourinho tomó ventaja a la media hora con un centro desde la izquierda que cayó en los pies de Kane. El atacante se dio media vuelta y su disparo superó a Jordan Pickford.
Pero tres minutos después, el español Sergio Reguilón arrolló dentro del área al colombiano James Rodríguez. El penalti lo transformó Sigurdsson que estableció el empate.
El Everton protagonizó sus mejores minutos. Fue superior y a la hora de partido tomó ventaja con otro tanto de Sigurdsson que, de volea, aprovechó un pase desde la derecha de Seamus Coleman que superó a Hugo Lloris.
Recurrió entonces Mourinho a su banquillo pero no a Bale. Sacó al campo al brasileño Lucas Moura y al argentino Erik Lamela. Fue este el que envió un balón al área que dejó en evidencia a la defensa local, incapaz de despejarlo. Kane volvió a tomar la pelota y no falló, estableció el empate en el 69.
Los dos pudieron ganar después pero ninguno tuvo acierto. El choque acabó en tablas. Con Bale inédito, Kane lesionado y ambos equipos fuera de los puestos europeos.