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El curso de la Juventus se puede definir un desastre que empeora semana tras semana. Tras la humillante derrota con el Benevento, los juventini empataron a dos en el derbi con el Torino en lucha por la salvación, rozando otro ridículo. El décimo scudetto consecutivo ya es imposible (el Inter está a 12 puntos), y ahora se teme hasta por la clasificación a la Champions, algo surrealista para un equipo con Ronaldo en sus filas.
El miércoles, ante el Nápoles, la Juve vivirá prácticamente un desempate para la Copa de Europa, y las consecuencias de una derrota fueron imprevisibles. Ayer ‘Tuttosport’ avisó de que, cayendo con los sureños, el despido de Pirlo sería una realidad a pesar de que los directivos, públicamente, sigan defendiéndole.
En la recámara, la entidad de Turín tiene el regreso de Allegri que, como desveló ‘Il Giornale’, ha asistido al partido del sábado con el presidente Agnelli, con el que tiene una relación de amistad que supera lo profesional.
Varios medios italianos afirmaron que el entrenador aceptaría enseguida una llamada de su exclub, algo que no le haría mucha gracia a Cristiano. El exmadridista se quejó del estilo demasiado defensivo del equipo con el italiano («Ahora somos más ofensivos», dijo tras la llegada de Sarri), pero la verdad es que con Pirlo tampoco está contento. Y, si por él fuera, volvería al Madrid mañana mismo.
Mientras tanto, el equipo busca recortes debido a la crisis económica. Como publicó ayer AS, a pesar de su gran rendimiento la Juve sopesa devolver a Morata al Atleti, ya que ahora mismo ve imposible tanto gastar 45 millones para la opción de compra, como pagar 10 ‘kilos’ para renovar la cesión otro curso más. Serán meses de revolución en la Continassa. Y mucho dependiente de lo que pase el miércoles.
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