El presidente del Barcelona, Joan Laporta, empieza a sufrir presiones según Diario AS. Un pilar de su mandato, asegurar la renovación de Lionel Messi, comienza a verse incierto, con fuentes en el club que ya no son tan serenas y serenas como habían manifestado anteriormente sobre retener al argentino.
Han surgido dos obstáculos importantes que dificultan que Laporta cumpla su promesa. Primero está el tope salarial impuesto por La Liga; le da al Barcelona muy poco margen de maniobra con respecto a su factura salarial, lo que significa que tendrán que suplicarle al argentino que sufra un golpe financiero si quiere volver a firmar. Para ayudar con esto, el club está haciendo todo lo posible para sacar a los jugadores de bajo rendimiento y altos ingresos como Samuel Umtiti, Philippe Coutinho y el lesionado Ousmane Dembele.
Messi también quiere garantías para no perder por cuestiones fiscales fuera de su control en los próximos años, dado que la oferta del Barcelona es una prórroga de dos años que lo seguiría pagando mientras termina su carrera en Estados Unidos. Laporta ha desafiado públicamente que las negociaciones avanzan, pero le ha faltado el voto público de confianza del propio Messi.