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La nueva lesión de Hazard cayó como un jarro de agua fría en el madridismo. Todo el curso esperando que apareciera en el tramo final de la Champions y he aquí que tras 15 ante el Elche en su undécima reaparición, vuelve a caer, ahora por un mes. Ya parece maleficio. Los médicos lo achacan a su tormento psicológico, que no hace más que agravarse con cada recaída. En el Chelsea fue un jugador sano, con muy pocos días de baja, y lo mismo con Bélgica. “Es inexplicable, algo está pasando”, dice Zidane, que le espera como agua de mayo para acompañar a Benzema. Ningún otro atacante le está convenciendo.
Así que el Madrid va avanzando a trancas y barrancas en esta Champions colgado de un Benzema sin compañía arriba, aunque con el respaldo de tres grandes medios. Pero esta noche le faltará Casemiro. Saber que faltaría esta noche fue lo que llevó a Zidane a ensayar con tres centrales ante el Elche. Así el reaparecido Sergio, falto del escudo de Casemiro, debería una tarea más aliviada. Pero ante el Elche salió mal y es difícil saber si se animará a repetirlo. Como es difícil saber quién acompañará a Benzema arriba. Varias inquietudes en la víspera del partido, a cambio de una baza tranquilizadora: el 0-1 del partido de ida.
Allí el Atalanta fue un equipo desconocido y más a raíz de quedarse con diez. Hoy saldrá sin nada que perder. Ya no es la gran sorpresa de Europa, como el curso pasado, la convivencia ha creado desgaste, se comprueba en los casos de Papu Gómez e Ilicic, pero le queda fuste para marchar cuarto en la Serie A. El Madrid vuelve a echar cuentas por LaLiga, pero su primera obligación es hacer una Champions al menos decente, y superar esta eliminatoria podría equivaler a eso. LaLiga ya se verá. El Atlético está más cerca, pero por medio anda el Barça, libre de Champions, y que ha reducido su desventaja de 9 puntos y dos partidos a sólo 4. Y tiene un Messi.
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