“Con toda la carga emocional acumulada es normal que aparezcan conflictos”, afirmaba el técnico azulgrana, Lluís Cortés, tras conocerse algunas desavenencias entre las jugadoras y el entrenador. Lo cierto es que la temporada más exitosa del equipo, con la conquista de Champions, Liga y Copa, ha sido paradójicamente la más compleja de gestionar por diversos motivos, lo que ha provocado un extra de tensión y de carga emocional y física muy difíciles de gestionar.
El equipo ha tenido que superar una larga serie de obstáculos en una temporada tan exitosa como convulsa:
1. Regreso del confinamiento: la pandemia del covid-19 ha afectado a todos los equipos y en el caso del Barça femenino de forma muy incisiva. Se tuvo que retrasar el inicio de la Liga tras haberse suspendido la anterior antes de tiempo -el Barça se proclamó campeón en los despachos-, lo que ha obligado a comprimir el calendario de partidos y ha derivado en más problemas físicos para las jugadoras, con Lieke Martens, Oshoala, Andrea Falcón y ahora Leila como principales víctimas .
2. La borrasca Filomena: en una imagen para el olvido, el Barça femenino se fotografiaba en Madrid en pleno temporal, con medio país paralizado por las intensas nevadas, lo que no impidió a la RFEF hacer viajar a las de Lluís Cortés para un partido de la Primera Iberdrola ante el Madrid CFF que, obviamente, no llegó a disputarse. “¿Algún día empezaremos a hacer las cosas con coherencia y sentido común?”, se quejaban en redes sociales.
3. Una semana a lo NBA: con dos partidos menos que sus rivales, las azulgrana afrontan estos días cuatro encuentros en apenas una semana, del 20 al 27 de junio, en una maratón al más puro estilo NBA. La Liga está obligada a terminar antes del 27 de junio, lo que ha provocado que la recta final haya sido de infarto para las ya campeonas.
4. La ‘paliza’ de la Eurocopa: las internacionales del Barça han vuelto a ser mayoría en las convocatorias de Jorge Vilda para lograr la clasificación de España para la Eurocopa. Incluso en los últimos amistosos ante Bélgica y Dinamarca, hubo siete azulgranas en el equipo inicial. Ello ha derivado en un desgaste físico y mental brutal.
5. Las inevitables rotaciones: es innegable que las rotaciones han sido la tónica en un equipo con un calendario asfixiante y que en algunas posiciones ha tenido más impacto que en otras. Así, ha habido jugadoras con una carga de partidos extenuante y otras que han tenido menos protagonismo del esperado.
6. Recortes en los salarios: igual que ha sucedido con todas las secciones del club, las jugadoras también han tenido que apretarse el cinturón y negociar las consecuencias salariales de la pandemia, una situación delicada teniendo en cuenta que todavía están sus sueldos a años luz de lo que cobran sus compañeros.
7. Cambio de directiva: lógicamente, el relevo en la directiva y los cambios que ha conllevado en la cúpula del club, con la consecuente incertidumbre, es otro de los aspectos que ha tenido a la plantilla pendiente de las evidentes novedades.
8. Duelos de máxima exigencia: la temporada ha propiciado partidos de la máxima como las semifinales de la Supercopa ante el Atlético de Madrid, donde las azulgrana cayeron en la tanda de penaltis, o las semifinales de Champions ante el PSG que había logrado acabar con el reinado del Olympique, un duelo con escándalo arbitral en la ida y que en la vuelta requirió de un esfuerzo titánico. La final ante el Chelsea (0-4) y la conquista de la Champions con el unánime reconocimiento mundial fue la guinda de la mejor temporada de la historia.