Escribí aquí en este espacio, la semana pasada, sobre cómo tener la posesión del balón se había convertido en algo peligroso para el Vasco. Lo comparé con el uso de un arma por aquellos que nunca han manejado un.
Marcelo Cabo, el técnico del Vasco, también parece haberlo entendido así.
Este sábado, ante CRB, por primera vez en esta Serie B, Cruz-Maltino tuvo menos posesión que su rival. Y ganó.
El equipo, que antes lo mantuvo el 61,2% del tiempo, en promedio, pero tuvo dificultades para crear, esta vez lo tuvo solo el 46,9%. Y marcó tres goles. Cano, que solo había logrado tres finales exitosos en cuatro partidos -uno de ellos de penalti-, anotó cuatro en apenas 90 minutos.
De hecho, fue el duelo en el que Vasco más acertó al arco, acertando ocho de los diez tiros que tuvo. Hubo tres balones en la red, uno en el travesaño y una defensa de Diogo Silva frente a Cano. Si no subiste el volumen, calificaste.
¿Quiere decir entonces que no tener el balón es una ventaja? Depende.
Atacar defensas cerradas no es sencillo. Especialmente cuando tienes limitaciones de tiempo parcial. Intentar construir desde tu campo defensivo, con pases cortos, es genial. Cuando se hace bien. De lo contrario, se convierte en un riesgo mayor que el beneficio.
No tener la posesión todo el tiempo no significa dejar de jugar. A menudo significa explotar el error del oponente. Jugar sin balón es tan importante como jugar con él.
Vasco convirtió el veneno en medicina.
Cuando tuvo espacio para jugar, no se contuvo. Pero, sobre todo, supo desprenderse de algunas de sus convicciones iniciales y bajar las líneas con seguridad cuando era necesario. Pero no mucho.
MT, Morato y Marquinhos Gabriel, exactamente los tres centrocampistas de la creación del equipo, fueron al descanso como líderes de tachuela. Cano casi abre el marcador después de vencer a Frazan e intentar una excavación. Con la presión desde la línea media, el balón, aunque en posesión de CRB, estaba más cerca de la portería rival que de la portería Vasco.
Y aparecieron espacios, antes escasos.
Para que os hagáis una idea, este fue el primer partido del Vasco en la Serie B en el que Germán Cano tocó el balón más veces que el portero Cruz-Maltino. Pronto el partido donde el equipo tenía menos posesión.
Sintomático.
El Vasco no podrá vivir solo de los contraataques en la Serie B, sino que también podrá vivir de ellos. Más importante que definir si será reactivo o proposicional, como les gusta llamarlo en estos días, es encontrar un equilibrio entre los dos.
Esta parece ser la búsqueda de Marcelo Cabo.