Hubo mucho pánico sobre el futuro de la defensa italiana con el retiro de Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, pero Alessandro Bastoni y Riccardo Calafiori son una bestia muy diferente, escribe Susy Campanale.
La Nazionale siempre ha sido conocida por sus defensas resistentes y pocos cumplieron esa función mejor que Bonucci y Chiellini, la pareja importada al por mayor de un equipo dominante de la Juventus y que resultó tan crucial en la marcha hacia la gloria de la EURO 2020. Ya estaban llegando al final de sus carreras en ese momento, y ese tipo de defensa es una especie en extinción en el fútbol italiano. Sin embargo, parece que será reemplazado por algo muy diferente, posiblemente mejor.
En estos partidos de la Liga de Naciones hemos visto que primero Calafiori y después Bastoni son capaces de asumir el papel de mediapunta para los Azzurri. Al igual que el enfoque que ya adoptaron en Bolonia e Inter respectivamente, esto implica subir al mediocampo y Realmente empezando los movimientosasegurándose de que estén cubiertos por uno de los centrocampistas con más mentalidad defensiva como Samuele Ricci.
Bonucci solía ser apodado como el mediapunta en defensa, pero en su caso la posición se mantuvo firme en esa zona, simplemente eligiendo pases largos con una precisión impresionante para alguien más famoso por patear las piernas que el balón. Bastoni y Calafiori son un paso adelante en el proceso de evolución del defensa italiano, llevando sus habilidades hacia adelante para jugar no tanto desde atrás como llevando el balón con ellos mientras avanzan.
La filosofía italiana está cambiando
En esta selección italiana se puede ver cierta inspiración del Atalanta de Gian Piero Gasperini y del Inter de Simone Inzaghi, una sabia elección por fin de Luciano Spalletti, que prácticamente había ignorado las tendencias de clubes durante la desafortunada campaña de la EURO 2024. Se trata de un 3-5-2, pero no fijo, ya que varios jugadores tienen la libertad de intercambiar sus posiciones.
Por eso vemos con frecuencia al central Bastoni irrumpir por la banda izquierda para centrar o, en el caso de Calafiori contra Israel, ser una figura cómoda en el mediocampo. Davide Frattesi sigue siendo un centrocampista, pero también el delantero más efectivo de Italia, capaz de cronometrar esas carreras desde atrás y sobrecargar a los defensores rivales.
Muchas veces hemos escuchado a los entrenadores decir que no se trata del sistema, sino de la interpretación de ese sistema, y con Bastoni y Calafiori estamos viendo cómo el producto de esa enseñanza a nivel de clubes encuentra su camino hacia la escena internacional. Podría ser el comienzo de un estilo de fútbol italiano más creativo, versátil y abierto, en el que no necesariamente lamentemos la pérdida del central robusto que bloquea todo.
Dicho esto, todavía es un proceso e Italia no ha mantenido su portería a cero en sus últimos seis partidos con Spalletti. Algunos de ellos se debieron a errores criminales al intentar jugar desde atrás, porque Bastoni y Calafiori son sólo dos, pero esperemos que empecemos a ver esto como una tendencia. Eso podría arruinarse, por supuesto, si el Arsenal insiste en utilizar a Calafiori sólo en raras ocasiones, e incluso entonces como lateral izquierdo, lo que sería un terrible desperdicio de su talento y del potencial de Italia.