Y qué hora son, mi corazón? Es lo que tendrá que entender River este miércoles a la noche. No es fácil, ciertamente no lo es. Como en un jet lag raro, el mundo River hace días que intenta alinear su cabeza al tiempo que corre en un huso horario escurridizo, que parece ir dando saltos de tiempo.
River piensa en el futuro. Todo es ilusión con el mercado dentro del mercado que hizo y aún hace posible Gallardo y una estabilidad económica no menos extemporánea. Piensa River en la defensa de primer nivel internacional que podrá formar con la incorporación de Marcos Acuña para completar a Bustos, Pezzella y Paulo Díaz. Piensa en cómo se acoplará Meza. En lo alto que podrían volar Mastantuono y Echeverri con el Muñeco. En lo que MG puede potenciar a los suyos, en su capacidad reparadora para recuperar las mejores versiones de los Kranevitter, Lanzini, Nacho, Aliendro. Piensa, River, en algún otro refuerzo que vuele el piso en el deadline del libro de transferencias.
River piensa en el pasado. Cómo no hacerlo si ahora el saco con el escudo del CARP, como el zapato de cristal de la Cenicienta, lo vuelve a usar el hombre para el que fue confeccionado, al que mejor le queda. Cómo no pensar en el ayer si fue tan glorioso. Cómo no pensar que Gallardo puede hacerlo otra vez. Cómo no evocar las batallas eternas que hoy se llevan tatuadas.
Pues bien, para que River vea al futuro repetir el pasado, para llegar a ver un Museo de grandes novedades, tendrá entonces que pensar en el presente. Un presente que puede alimentar la ilusión para armar un equipo soñado para ir en busca de la Copa, pero que también en 90 minutos puede dejar un escenario difícil de asimilar, con un staff de 35 futbolistas para disputar un solo torneo, como sucedió el año pasado. Para que a Acuña no le ocurra lo que a Lanzini después de la eliminación con Inter, para que la expectativa por sumar otro nombre pesado en estas horas no se frustre como ocurrió en 2022 con Luis Suárez post Vélez, River tiene que pasar a Talleres. La esperanza está más alta, pero la vara también: si el CARP ya veía como una oportunidad histórica a esta CL en la que define todas las series de local y que tendrá final en Buenos Aires y posiblemente en el Monumental, ahora la mochila pesa un poquito más. Por la localía, por lo que representa en sí misma la vuelta de Gallardo, por los nombres que llegan y llegaron. Por eso, sólo puede pensar en el hoy, en el presente. En el no tan cómodo ni sencillo presente.
Ni cómodo ni sencillo será el partido de este miércoles a las 21.30 contra Talleres en el Monumental para un equipo -y no solo un equipo: un plantel- que está rearmándose abruptamente y que aún no despegó para llegar a lo que el Muñeco siempre llamó una velocidad crucero de juego. No es mago, el hombre, también admitió. En todo caso, lo que sí puede hacer Gallardo en tan poco tiempo, y las pistas ya fueron vertidas en el césped del Kempes la semana pasada, es revolucionar la mentalidad de sus futbolistas para plantarse en las difíciles, para no dejarse pasar por arriba como ocurrió tristemente hace no tanto tiempo fuera de Núñez e incluso con rivales bastante menos exigentes que la T.
Eso tendrá que volver a mostrar un equipo que este miércoles buscará revalidar la luz de ventaja que sacó en Córdoba para lograr, después de dos años de orillar apenas los octavos de final, meterse entre los ocho mejores de la Libertadores.
Talleres, por la épica en el Monumental
Ni el glorioso pasado ni el brillante porvenir, entonces: Talleres. La T, un rival que siempre complicó a River e incluso a los River de Gallardo, ahora deberá salir al Monumental a buscar la épica, acaso con un planteo distinto al que criticó el propio Girotti en la ida, para intentar arruinarle la fiesta al CARP: ya sin su figura Ramón Sosa, sin el expulsado Lucas Suárez y con la carta de Botta en la manga hasta último momento, los de Ribonetto vienen de cortar el domingo (2-1 a IRM) una racha de seis partidos sin victorias y quieren hacer historia grande en Núñez, donde River no dejó puntos en el camino en toda la fase de grupos de la Copa.
Querrá el Muñeco continuar con el mejor legado estadístico que dejó la ecléctica era Demichelis, que fue la performance del equipo en el Liberti. Para eso, MG tendrá que reacomodar piezas: con Borja y con un Meza que pide pista tras su ingreso en La Plata, habrá que ver si además de Bareiro salen Simón o Echeverri respecto al 1-0 de la ida.
Es la hora, River. De ganar, pero especialmente de acomodar la chapa del pasado y la ilusión del futuro a un presente que le pone la vara más alta que nunca.
La probable formación de River
Franco Armani; Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Paulo Díaz, Enzo Díaz; Rodrigo Aliendro, Matías Kranevitter, Maxiliano Meza; Franco Mastantuono, Claudio Echeverri; Miguel Borja. DT: Marcelo Gallardo.
La probable formación de Talleres
Guido Herrera; Gastón Benavídez, Matías Catalán, Juan Rodríguez, Juan Portillo; Juan Portilla, Franco Moyano, Matías Esquivel; Sebastián Palacios, Federico Girotti, Bruno Barticciotto. DT: Walter Ribonetto.
Video: el resumen de la ida entre Talleres y River
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