El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, aseguró que la profesionalización de la Primera femenina aprobada este martes «no habría sido posible sin un Convenio Colectivo».
«Es un día muy importante para el deporte en general, sobre todo para nuestras compañeras, y también para AFE», dijo tras destacar «la vital importancia que ha tenido en este proceso que los derechos laborales de las futbolistas estén protegidos gracias a ese convenio, en el que AFE tuvo un protagonismo muy importante».
Aganzo participó hoy en la reunión de la Comisión Directiva del CSD que aprobó por unanimidad la profesionalización de la Primera femenina, que pasará a llamarse «Liga Ellas» y conllevará la formación de una asociación con presidencia independiente, que será elegida a través de una junta directiva y con la que dichos clubes tendrán que estar de acuerdo.
El sindicato explicó que con la medida habrá un convenio de coordinación entre la nueva patronal y la Federación Española de Fútbol (RFEF), supervisado por el CSD, que será quién tutele la competición.
«Este sustancial y fundamental cambio para beneficio de nuestras compañeras implica una serie de mejoras en las condiciones laborales de las futbolistas, que, para empezar, tendrán una jornada laboral sin ningún tipo de parcialidad», señaló el sindicato en un comunicado.
En este recordó que la competencia de una liga profesional está regulada en el artículo 8 de la Ley el Deporte, que establece que las ligas profesionales tendrán personalidad jurídica y gozarán de autonomía para su organización interna y funcionamiento respecto de la federación deportiva española de la que formen parte.
Dicho artículo marca que los estatutos y reglamentos de las Ligas profesionales serán aprobados por el CSD, previo informe de la federación correspondiente, debiendo incluir, además de los requisitos generales señalados reglamentariamente, un régimen disciplinario específico.
AFE repasó a su vez que el artículo 41.4 de la ley especifica las competencias de las ligas profesionales, además de las que pueda delegarle la federación correspondiente.
Estas son organizar sus competiciones en coordinación con la respectiva federación; desempeñar, respecto de sus asociados, las funciones de tutela, control y supervisión establecidas en la propia ley y ejercer la potestad disciplinaria en los términos previstos en ella y disposiciones de desarrollo.
«La cuestión de la parcialidad es determinante al adquirir la competición la categoría de profesional», apuntó para asegurar que «una liga considerada así no puede permitir, bajo ningún concepto, que exista una jornada laboral parcial, pues entrañaría una discriminación en relación a la misma actividad frente a sus colegas masculinos».
En este sentido citó el Real Decreto 1006, que regula (art.9) la relación laborar del deportista profesional, y avanzó que «si se mantuviera la parcialidad AFE apelaría a lo establecido en este artículo para hacer una consulta vinculante a la Dirección General de Trabajo, por ser un hecho discriminatorio en relación a los hombres, un total abuso en esta cuestión».
«Hay que recordar que fue AFE la que dio el primer paso para concienciar al mundo del deporte, a la sociedad en general, sobre la imperiosa necesidad de profesionalizar esta categoría con el objetivo de darle ese impulso necesario para su fortalecimiento y consolidación. Fue en mayo de 2020 cuando la Asociación dio a conocer una hoja de ruta para conseguir lo que hoy ya es una realidad necesaria», agregó.