Augusto Batalla, Emanuel Mammana, Lucas Martínez Quarta, Exequiel Palacios, Guido Rodríguez, Giovanni Simeone y Sebastián Driussi. En diciembre de 2014, ese listado de siete jugadores reconocidos en Núñez y en Europa (incluye a dos campeones del mundo) formó parte del último equipo de la Reserva de River -comandado por Gustavo Zapata- en dar una vuelta olímpica.
Casi una década después, los dirigidos por Marcelo Escudero están a dos escalones de cortar esa sequía y el primero no será sencillo. La Fortaleza de Lanús espera, pero en Ezeiza reina el optimismo y la ilusión de cara al choque de semis de este domingo.
«Estamos contentos por lo que hicimos. Fue un golpe anímico muy grande, muy fuerte». La voz de Tobías Leiva representa a la resto del grupo. Ellos no piensan en vacaciones ni en pretemporada. El objetivo es seguir compitiendo hasta el final en el Torneo Proyección y haber eliminado a Boca en octavos, sumado al contundente 4-0 a Defensa en cuartos, significa un envión clave para ir a jugar a un estadio de Primera, que contará con miles de hinchas locales.
«Llegamos con confianza. Significa mucho, por lo que uno vive y por tener el escudo de River. Son muchas emociones juntas», agregó el volante central (suma 63′ no oficiales en amistosos con la Primera), pieza clave en un equipo que superó un lógico proceso de recambio, con caras nuevas que debieron acoplarse, y que terminó segundo en su zona (por diferencia de gol) con un nivel sólido.
Con el plus que aporta la presencia de Agustín Ruberto (si bien formó parte del plantel profesional, no descansó y se sumó a la parte final del certamen), la gambeta y velocidad de Ian Subiabre, los goles de Alexis González (8), la solidez de Leandro Peña Biafore -héroe ante Boca- y un Santiago Beltrán gigante bajo los tres palos (acumula tres vallas invictas y dos penales atajados), el Pichi cuenta con buen material para ir por la Gloria, aunque enfrente tendrá a un rival que también viene entonado.
Líder en su grupo (por mejor ubicación que River se ganó la localía) y con tres victorias al hilo -frente a San Lorenzo, en cuartos, ganó por penales-, Lanús, dirigido por Rodrigo Acosta (hermano del Laucha), cuenta entre sus filas con joyitas importantes: uno es Dylan Aquino, picante extremo de 19 años subido por Zielinski para cerrar el semestre ante Racing y fue figura, y está Maxi González, con experiencia en Primera (39PJ) y que bajó a jugar las instancias finales.
Con un clima distendido en el Camp a pesar de los últimos días con cielos grises acompañados de lluvia y mucha humedad, los pibes de River, a diferencia de la Primera, quieren cerrar el año dejando una imagen de campeón. Y en horas, deberán dar el primer paso.
Así se prepara la Reserva de River
El jugadón de Subiabre ante Defensa
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