Luego de la histórica victoria por penales de Temperley ante River en Mendoza por los 16avos de final de la Copa Argentina la euforia se apoderó de los futbolistas del equipo de Walter Perazzo. Ya en el vestuario, los jugadores explotaron con un cantito en pleno baile: «Un minuto de silencio, para River que está muerto». Es una reacción típica en estos casos, que sucedía mientras en el plantel del Millo se retiraban sin hablar, con excepción de Milton Casco.