Los sueños se empiezan a construir desde la infancia. Los grandes anhelos toman forma desde muy temprana edad y los futbolistas, que tienen como punto de partida los cinco o seis años, llegan a los 16, 17 con la ilusión de debutar en el club de sus amores y convertirse en profesionales para vivir de lo que aman. Pero en la cancha sólo entran 22 y por lógica, no hay lugar para todos. Ahora bien, Olé puso el foco en aquellos pibes que se quedan a las puertas después de tanto remar y cómo afrontan esta situación, la ayuda que les dan los clubes y cuáles son las mejores opciones para transitar un momento tan complicado.
Ningún chico quiere quedar libre por lo que no está preparado para ese momento. Por eso, Andrés Lettera, coordinador de las inferiores de Racing; Mariano Manzanel, escritor, ex futbolista y presidente de Futuro Redondo (ONG especializada en temas de contención humana al deportista) y Mariano Pizzoglio, coordinador en Vélez, dan sus puntos de vista sobre la situación de acuerdo a sus respectivas funciones.
La palabra de Andrés Lettera
-¿Cómo es el proceso para dejar libre a un juvenil? ¿Qué tipo de contención existe?
-Cuando llega fin de año uno es el encargado de decirles a los chicos que lamentablemente van a quedar libres. Tenemos más de 200 jugadores y acá en Racing hay psicólogos que trabajan todo el año. Cuando dejás libre a alguno de Séptima, Octava o Novena le podés explicar que el fútbol no empieza ni termina en Racing. Todos quisimos ser jugadores y en otro momento no existía la ayuda que hay hoy en día. De una categoría de 25, 30 futbolistas, capaz que firman contrato cuatro o cinco.
-¿Cuál es la línea a seguir en cuanto a la educación de los jugadores?
–Fernando Gago había bajado una línea, en su momento, de que el chico que no estudia, no juega. Y nosotros seguimos por ese camino. El que no va a la escuela de Racing, tiene que traer el certificado de alumno regular y durante el año tiene que presentar las notas. Se llame como se llame, el que no estudia no juega.
-El dejarlos libres no debe ser nada sencillo, ¿cómo afrontás ese momento?
-Te soy sincero: a mí me encantaría que no llegue nunca noviembre, porque ahí es cuando le tenés que decir al pibe que queda libre. Si es de la Cuarta es peor, porque tiene que hacer primer contrato y ya muchas puertas no le quedan. Entonces lo que tratamos de hacer es que jueguen en AFA y en Liga, así el día de mañana le podés dar un fundamento de la decisión. ‘Jugaste tantos partidos, tantos minutos…’ y ahí le vas abriendo la cabeza. Prefiero ponerme triste cinco minutos y no ser un hijo de puta que no te pone en todo el año y ‘¿para qué me dejaste? podrías haber dejado que me vaya a otro lado’.
-¿Existe algún seguimiento para aquellos que no siguen en el club?
-A la mayoría de los chicos que dejamos libres el año pasado, los recomendamos con muchos técnicos y gente conocida que tenemos en la B Nacional y en la B Metro. Tratamos de siempre ayudarlos en todo lo que necesiten, porque no son sólo jugadores de fútbol, son seres humanos. Cuando los Baltasar Rodríguez, Toto Avilés, Trapito Ojeda, David González, Tobías Rubio o Gonzalo Escudero, entre otros, empiezan a debutar en Primera y les hacen contrato profesional, para nosotros es un orgullo. Vos vas viendo y tenés que pensar si está para jugar en la Primera de Racing.
-¿Cuál es el prototipo de jugador que buscan para el club?
-La idea es que el jugador sea inteligente, protagonista. Que venga acá y se haga respetar. Que se forme para que el día que esté en Primera no te digan ‘che, este pibe no sabe cabecear, es derecho y no sabe patear con la pierna izquierda’ . Por eso, uno le está siempre encima a los profes para que paren y corrijan.
-¿Te parece inevitable que debuten cada vez más jóvenes?
-Yo pienso que hay veces que no hay que llevarlos tan rápido. Cada jugador tiene su proceso de adaptación, de conocimiento. Pero hay de todo. También va a pasar que pongas a un juvenil en un entrenamiento de la Primera y parezca que lleva toda la vida ahí. Otros chicos necesitan un tiempo más para pegar el salto, como le pasó al Trapito Ojeda que hoy está en la MLS (juega en New York City).
La visión de Mariano Manzanel sobre el tema
-Cuando te dejan libre, ¿hay que aceptarlo o intentarlo hasta el final?
-Es un proceso en el cual sabés que te puede llegar ese destino. Intentarlo hasta el final depende los mecanismos que tengas para hacerlo. Los sueños están para cumplirse, entendiendo cuáles son las reglas de cada sistema.
-¿Cómo trabajan en Futuro Redondo para evitar consecuencias graves?
-Hay que llegar antes y no después, que es donde aparecen tantos jugadores con depresión, frustración, etc… En Futuro Redondo tenemos campañas de concientización y para eso no hay que decirle al pibe que no va a llegar. Hay que decirle que, para que sea un mejor futbolista, hay que estudiar. Porque si te toca quedar libre, tenés que tener el secundario terminado. Y si sos de élite, tenés que tener herramientas para administrarte la carrera, mantener habilidades de comunicación.
-¿Que tan importante es el estudio en la formación del deportista?
-Yo no concibo una sin la otra: si estudio voy a ser mejor deportista, si mi familia me genera menos presión voy a ser mejor deportista. Entendiendo que si la cosa no sale, quedé formado para un futuro que puede ser dentro del fútbol, del deporte o por fuera. Hay que empezar a naturalizar el tema y dar herramientas.
-¿Cómo se convive con el dolor de la ilusión rota?
–«El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional», es una frase de Boris Cyrulnik. ¿Me quedo anclado en ese dolor o intento otras cosas? Evitar ese sufrimiento es llegar antes. ‘Yo ya me preparé, entonces descubrí otros intereses’. Eso puede estar fuera del fútbol para ser coach, kinesiólogo, neurociencias aplicadas al deporte y un montón de cosas más.
-¿Cómo trabajan en la ONG?
-En Futuro Redondo trabajamos con talleres para la frustración de los chicos, para que no los presionen los padres. Preparamos esa opción y la del retiro. Que eso no es llegar a Primera, tener 37 y retirarse. Es aceptar que se termina algo y puede ser a cualquier edad.
Cómo trabaja Vélez, explicado por Pizzoglio
-¿Cómo convive el club con la necesidad y el deseo que tiene el chico de llegar?
-Intentamos que los futbolistas entiendan que esto es parte de una formación integral, no sólo deben focalizar sus energías en lo futbolístico, también se les exige desde la parte académica y tratamos que internalicen que el futbol no sólo termina en Vélez. Tienen otras posibilidades para desarrollarse tanto en lo futbolístico como en lo personal.
-¿Cuál es el paso siguiente al dejar libre a un chico de Quinta o Cuarta?
-Tenemos un protocolo para dar la libertad de acción. Se les informa a los futbolistas con la presencia de su cuerpo técnico, los psicólogos del club y los coordinadores. Además, se les ofrece la posibilidad de llamar a otros coordinadores como también que algún contacto nos llame para dar referencias.
-¿Cómo se manejan las situaciones en las que un chico se puede ver muy afectado por quedar libre?
–En ese caso, interviene el departamento de psicología, entendiendo esto como un trabajo interdisciplinario junto con el CT y la coordinación, intentando brindar la mayor cantidad de herramientas para que el chico pueda llevar adelante ese proceso tan traumático que atraviesa.
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