Ok. Tenía autorización del club. Estaba programado desde hacía semanas.
Fue con la familia. Apenas se perdió un entrenamiento, que recuperó por la tarde del jueves.
El combo de las imágenes posando como Tarzán, su ausencia en la semana previa al partido más importante del semestre, sumado a su frágil condición física fue un escenario que causó un ruido innecesario en el peor momento, porque además vino del protagonista menos pensado, el mejor alumno del grado, el mejor compañero, el que siempre se porta bien.
Edinson Cavani, de él se trata, hizo un viaje relámpago a Uruguay, después del entrenamiento del miércoles, para presentar su nueva línea de vinos (Cavani Wines, se llama). En cualquier otra semana normal, el episodio no hubiera causado ninguna reacción negativa, pero en el Mundo Boca hizo mucho ruido. Todo es entendible, desde que el superclásico quedó definido recién entrada la noche del martes hasta que el lanzamiento ya estaba organizado desde un buen tiempo atrás. Pero son esas situaciones en las que es menos costoso suspender el acontecimiento que lidiar con las consecuencias indeseadas de no haberlo hecho a tiempo. Sobre todo por tratarse de un acontecimiento empresarial, no una situación impostergable, o de gravedad. A Cavani, y a Boca, les faltó sentido común, timing, entender el momento.
El Matador tiene a favor que esta situación lo encuentra en su mejor momento desde que llegó a Boca. De hecho, ante Godoy Cruz convirtió el gol que le dio al Xeneize la clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga, metió ocho tantos en los últimos ocho partidos, pero estas cuentas siempre se pagan a plazo: si a Boca le va mal el domingo ante River, y si a Cavani también le va mal, no se la van a dejar pasar gratis. Tampoco a Diego Martínez, ni a la dirigencia. Y no se trata aquí de sentenciar si es justo o no (de hecho no lo es). La discusión es otra: en un club como Boca no se pueden dejar esos flancos abiertos.
Edinson Cavani hizo el lanzamiento en una chacra en Colonia Nicolich, municipio ubicado en la zona sur del departamento de Canelones, en la zona metropolitana de la capital uruguaya. El Matador apareció en un video para presentar su línea de vinos. Allí, al igual que en el sitio web de los vinos, se pudieron ver las fotos de la producción que hizo el delantero. Súper modelo. Apenas con pantalón, después sin remera y los pelos al viento, en medio de la selva, parado sobre el agua, algo sudado. A lo Tarzán. Entendiendo el contexto en el que se lo hizo, fue innecesario por las circunstancias que lo rodearon, aunque haya sucedido antes.
“Es un orgullo para mí compartir el lanzamiento de mi marca personal, y su primer producto, una selección de vinos finos producidos por dos bodegas históricas de Uruguay. Un desafío que estoy disfrutando mucho y que seguro les hará llegar una parte de la esencia con la que fue creado!”, escribió Cavani en sus redes sociales dándole la bienvenida a su marca.
“Uno de los principales motivos es promocionar a Uruguay. El desafío más grande que nos proponemos es poder llevar un poquito de lo que es nuestra cultura y el país, compartidas las dos cosas, mostrarlas a los seguidores que uno tiene en los países donde jugó al fútbol”, agregó. La línea incluyen tres varietales diferentes, que en principio -una primera producción de 4000 botellas- serán comercializados en Uruguay, aunque el spot publicitario está en español, italiano, francés e inglés para su posterior venta internacional. Cuentan que el delantero se involucró a fondo en todo lo que tuvo que ver con la producción de los vinos, y él mismo insistió en que fueran de viñedos uruguayos.
Cavani, de eso no quedan dudas, es un profesional intachable. Lo fue a lo largo de toda su carrera, lo fue también desde el primer día en que llegó a Boca, donde “es el primero en llegar y el último en irse”, según señalan, de manera unánime, desde Juan Román Riquelme para abajo. Esta situación, sin machar lo anterior, no deja de ser un error, cuyas consecuencias habrá que ir midiendo desde ahora, con el superclásico en el horizonte y la moneda en el aire.