Copa 71 (PG, 90 minutos)
Deseo irlandés (93 minutos)
Incluso en mis muchos años como periodista deportivo, nunca supe que había una Copa Mundial de fútbol femenino en 1971, con más de 100.000 personas apiñadas en el Estadio Azteca de la Ciudad de México para ver la final entre México y Dinamarca, un año después de la infinitamente más celebrada. Final masculina entre Brasil e Italia en el mismo estadio.
Pero no hay que avergonzarse de ello, porque no muchos lo hicieron. Es escandaloso que prácticamente haya sido borrado de los libros de historia, y durante años los jugadores fueron intimidados (por el organismo rector del juego, la FIFA, así como por las asociaciones de fútbol de sus países e incluso por sus propios hombres) para que no hablaran sobre ello.
Un fantástico documental (producido por Venus y Serena Williams), Copa 71 deja las cosas claras con imágenes del torneo que fueron suprimidas durante medio siglo, además de una serie de entrevistas con quienes participaron. Entre ellos se incluye a la mujer considerada la mejor jugadora del mundo, la italiana Elena Schiavo, todavía enojada por las claramente dudosas decisiones arbitrales que favorecieron a México en la semifinal.
Pero más interesante y dolorosa es toda la evidencia de misoginia (no hay otra palabra para describirla) a la que fueron sometidas las futbolistas de esa época. La capitana de Inglaterra, Carol Wilson, recuerda una cena en el club de su ciudad natal, el Newcastle United, en la que el presentador la invitó calurosamente a subir al escenario como «una estrella» entre ellos y luego procedió a menospreciarla y humillarla.
Lis lene Nielsen con el trofeo tras el partido final contra México en el Mundial de Fútbol Femenino de México 1971
Es escandaloso que la Copa Mundial Femenina de 1971 haya sido prácticamente borrada de los libros de historia, y durante años las jugadoras sufrieron acoso, por parte del organismo rector del deporte, la FIFA.
El codirector de la película con Rachel Ramsay es James Erskine, cuyos créditos documentales incluyen Battle Of The Sexes de 2013 sobre el partido de tenis entre Billie-Jean King y Bobby Riggs, y cuyas credenciales feministas ahora están completas.
Hablando de finalizar, si llegas al final de Irish Wish, una comedia romántica mal escrita, terriblemente interpretada y con una trama idiota, entonces concédete un trébol de cuatro hojas.
Lindsay Lohan interpreta a una editora de libros estadounidense que se encuentra en Irlanda para la boda de un autor de best sellers, por quien no tan secretamente le gusta. Es espantoso de principio a fin, pero hay cierta diversión vaga al contar los clichés de la Isla Esmeralda, que se acumulan como vasos de Guinness vacíos en el bar de Scruffy Murphy.
La Copa 71 está en los cines. Deseo irlandés está en Netflix.