El Fluminense brasileño, que perdió dos títulos en el Maracaná frente al Liga de Quito ecuatoriano, venció este jueves por 2-0 a su verdugo con un doblete del colombiano Jhon Arias, vengó las duras derrotas y conquistó el título de la Recopa Sudamericana.
El conjunto carioca, campeón de la Libertadores, necesitaba de al menos dos goles de ventaja para quedarse con el título tras haber perdido por 1-0 en su visita al campeón de la Sudamericana, y los consiguió en un partido en que presionó todo el tiempo pero en que sólo fue efectivo en los 15 minutos finales.
El Fluminense finalmente vengó las humillantes derrotas que sufrió ante el conjunto ecuatoriano en finales de torneos continentales disputadas en el Maracaná, la de la Libertadores en 2008 y la de la Sudamericana en 2009.
Urgido de una victoria por al menos dos goles, el Fluminense comenzó presionando desde el primer minuto, con Jhon Arias en la punta izquierda y Keno en la derecha surtiendo balones para Germán Cano.
Pero en la primera mitad el tricolor abusó de los pases y le faltó profundidad y velocidad ante un equipo ecuatoriano que prefirió defenderse para buscar un empate que le daría el título y que se ciñó al reglamento para desperdiciar tiempo y frenar el ritmo del partido.
El Fluminense por poco abre a el marcador a los 10 minutos, primero con un pase en profundidad de Ganso que Samuel Xavier no alcanzó a conectar y después con un lanzamiento de Ganso que dejó a Martinelli libre frente al portero, pero el centrocampista lanzó el balón por encima del arco.
Estupiñán respondió con un contragolpe en que se libró de André y tuvo que ser detenido con falta por Diogo Barbosa cuando se aproximaba al arco de Fabio.
Cano tuvo su primera oportunidad clara de gol a los 31 minutos al aprovechar un rebote de Quintero, pero Domínguez consiguió atajar su potente disparo. Pocos minutos después fue el turno de Ganso, al que Domínguez le desvió un balón que puso con elegancia con un disparo fuera del área.
Faltando cinco para el descanso Cano desperdició otra clara oportunidad al recibir solo dentro del área y sin marca pero patear sin fuerza.
Al comienzo de la segunda mitad, el técnico del Fluminense, Fernando Diniz, sustituyó al zaguero Felipe Melo por el joven atacante John Kennedy, uno de sus principales anotadores y autor del gol del título de la Libertadores, para reforzar aún más el ataque.
Kennedy comenzó a desequilibrar el partido rápidamente, primero con un cabezazo sin fuerza, enseguida con un fuerte disparo desde dentro del área que pasó raspando el travesaño y después con un cabezazo también dentro del área que también pasó cerca.
El Fluminense, totalmente renovado con tres cambios, se lanzó como una tromba sobre la portería de Domínguez, pero el club ecuatoriano, arrinconado, consiguió erguir un muro y rechazar todos los intentos tricolores.
El técnico del Liga, Adrián Gabbarina, que sustituyó a Josep Alcácer debido a que el español aún no tiene licencia de Conmebol, mandó a la cancha al paraguayo Alex Arce, autor del único gol en el partido de ida, igualmente para renovar su ataque.
Pero fue precisamente en ese momento que la presión del Fluminense dio frutos y Arias, con un certero cabezazo tras recibir una asistencia de Samuel Xavier, abrió el marcador a los 75 minutos.
La alegría de los locales duró poco debido a que John Kennedy fue expulsado por pisar a Zambrano cuando estaba en el piso, falta confirmada por el VAR.
Pero cuando faltaban 4 minutos para el final Valverde derribó a Renato Augusto en la entrada del área y su jugada fue sancionada con penalti. Jhon Arias fue el encargado de cobrar y de anotar el gol del título casi en el minuto final.
La ventaja se mantuvo pese al final de partido confuso con tres expulsiones y muchas discusiones.