Fue récord de valla invicta. Fue garantía. Fue inversión y proyección. Fue expectativa de venta súper millonaria. Fue arquero de Selección. Fue cláusula de 25 millones. Fue elogiado. Fue querido. Fue …
Esteban Andrada llegó a Boca a mediados del 2018 y parecía que no se iba a ir más. O que si lo hacía, le iba a dejar a Boca una cifra histórica para un arquero del club. Sin embargo, en horas, le dirá adiós al Xeneize. Y lo lejos hará de la puerta grande, más bien por la de atrás. Corrido de escena. Y por una cifra que está cabeza a cabeza con lo que el club pagó por su ficha hace tres años.
En principio, su venta a Rayados de Monterrey se iba a cerrar en 5.5 millones de dólares, pero en estas últimas horas el Consejo de Riquelme solicitó un plus para bajarle el martillo a la transferencia. Todo indica que, igual, la operación no corre peligro y que se concretará, pero queda acordar ese extra para anunciarla oficialmente.
El arquero, de hecho, ya tiene todo arreglado con el club de Monterrey y hasta retiró sus pertenencias del predio xeneize en Ezeiza, señal de que está todo está dado para que deje el club. Pero bueno, para poner la firma, habrá que esperar un poquito, quizás unas horas más.
Lo que está claro es que la situación entre Andrada y Boca llegó a un punto de no retorno. Y ahí está justamente la garantía de la operación. Sabandija pidió irse. Nadie lo hubiera pensado hace un año, cuando establecía el récord histórico de valla invicta para el club que lo metía entre los mejores arqueros de la vida azul y oro (fueron 1.128 minutos sin goles).
Jugó 93 partidos en Boca y en 54 mantuvo la valla invicta. Una marca tremenda. Además, en ese rubro, es el arquero récord del club.
Es más, lo que se esperaba era que en algún momento el Xeneize le pidiera que no se fuera, ante las ofertas tentadoras que podrían llegarle ya la dificultad de volver a conseguir un arquero de su talla. Pero eso tampoco sucedió.
El quiebre
Después del conflicto por el Covid del arquero, las duras declaraciones de su pareja atacando al Consejo xeneize (”Vergüenza. Falta de. Ingratos. Se cagan en él y en nosotros. Mercenarios”, publicado en su Instagram y luego replicó por TV), el malestar de Andrada por tener que quedarse diez días solo y aislado en Ecuador, ya nada volvió a ser igual.
A partir de ese momento, las partes sabían que la primera oferta potable que se acercara a lo que el club había pagado por el arquero, aunque estaba lejos, lejísimos de los 25 millones de su cláusula, sería suficiente para acelerar su adiós.
Andrada volviendo de Ecuador tras el Covid.
De hecho, en lo futbolístico, desde ese entonces dejó de ser prioridad. Entre el tiempo que estuvo afuera por ser contacto estrecho y el Covid positivo que se le detectó al llegar a Guayaquil para enfrentar a Barcelona, estuvo 39 días y nueve partidos sin jugar.
Fue al banco con River, la tarde que Rossi, su reemplazante, se convirtió en héroe, volvió con el Barsa ecuatoriano de local y fue figura, repitió contra The Strongest y tampoco recibió goles, pero volvieron a dejarlo afuera de la semi de la Liga que Boca perdió ante Racing. Y aunque el equipo no pasó a la final, ahí llegó su final.
Salida urgente
Ese partido le terminó de demostrar que ya no era indiscutido para la dirigencia. Y ahí empezó a armar las valijas. Al punto que le volvió a pedir a su representante, Luciano Nicotra, algo que ya le había manifestado hace un tiempo: que si llegaba una oferta, hiciera todo para sacarlo de Boca. La propuesta llegó de la mano de Kristian Bereit, el agente de Marcos Rojo, que también tenía un poder para negociarlo, otra señal de que la idea era salir del club lo más pronto que se pudiera.
Y a pesar de que a Sabandija quisieron convencerlo de que esperara un tiempo más, porque quizás surgía alguna chance superadora de Europa, no aceptó hacerlo: su urgencia hizo que diera el ok para ser vendido a Rayados, una liga potente desde lo económico pero futbolísticamente inferior a la nuestra.
Su última imagen, suplente en la semi con Racing. El principio del fin (Marcelo Carroll).
Boca lo venderá en lo global casi por lá mismo cifra que lo compró. A Lanús se lo pagó cerca de cinco millones de dólares más el pase de Guillermo Sara, cuya ficha estaba tasada en más de un millón. Y a Rayados de Monterrey, se venderá, en principio, cerca de los seis millones.
Es cierto, lo usé tres años, pero la realidad es que todo lo que el Xeneize lo potenció como arquero, al punto de llevarlo a la Selección (más allá de que perdió ese lugar justamente por su inactividad pre y post Covid), no ve reflejado en esta salida que asoma apurada, forzada por una situación insostenible.
Que el Xeneize sienta que con Rossi y Javi García tiene el arco cubierto, no tapa otra realidad: Andrada más jerarquía como arquero. Y no le será fácil volver a tener uno de esa talla (en su momento, fue un gran acierto de los Barros Schelotto, quienes lo tuvieron en Lanús). Lo concreto es que Sabandija se suma a la lista de Tevez, Jara, Buffarini, Zárate, Mas y Soldano. El último que apague la luz …