Un resultado cambia todo. O lo profundiza. Si los últimos días fueron moviditos en San Lorenzo, los que vienen prometen serlo aún más… Es que Boedo llegó al clásico con Racing en medio de palos mediáticos de Ruben Darío Insua a los dirigentes por lo refuerzos que llegaron a su plantel y al de Reserva, un cruce tuitero del Chino, su hijo, con una cuenta anónima y la banca pública del presidente Moretti al deté para intentar calmar las aguas… Podía dejar todo atrás si lograba la primera victoria de la Copa de la Liga, pero eso no pasó y encima se le viene Estudiantes.
“Tuvimos un arranque aceptable, pero después el partido se hizo cuesta arriba. Ellos tuvieron una precisión alta, que es lo que vuelca los partidos a favor y cuando tuvieron las oportunidades, no las desaprovecharon”, arrancó el análisis el Gallego. ¿Con eso quiso excusar el flojo rendimiento de su equipo? ¡Para nada! “Racing ganó en forma merecida, fue superior. El resultado refleja lo que pasó en la cancha, fueron muy superiores a nosotros en cuanto a la intensidad de juego y nos costó muchísimo ganar los duelos individuales”, aseguró, con extrema sinceridad.
El Ciclón aún no ganó, tiene solo dos puntos en cuatro partidos, está a cinco puntos del último que estaría clasificando de la Zona B y puede terminar la fecha aún más lejos… En un torneo tan corto como este, puede ser determinante.
“Mi equipo está muy atrasado en la preparación que te exige un fútbol como el argentino, tenemos jugadores que han entrenado muy poco y eso el rival lo sabe aprovechar”, siguió.
El deté que venía pidiendo paciencia para construir un nuevo equipo, profundizó el concepto. “Hay que sumar trabajo para volver a ser competitivos. Hay que olvidarse del equipo del 2022 y el 2023 porque ya no está, este es un plantel nuevo y con poco tiempo de trabajo porque los jugadores se fueron sumando, algunos a pocos días de empezar el torneo y son cosas que después pagás”, advirtió, y planteó su solución: “Hay que arrancar de cero, con humildad, sacrificio y con un buen diagnóstico de la realidad…No hay que vender espejitos de colores”.