Matías Cóccaro es un delantero de la vieja escuela que dio sus primeros pasos en Pirarajá, un pequeño pueblo de su país natal, e idolatra a otro compatriota, a quien en más de una oportunidad imitó trepándose al alambrado para festejar sus goles. «Me considero un futbolista de potrero, tengo un juego algo retro. Del Manteca Martínez no hace falta que hable, es uno de los máximos exponentes del fútbol uruguayo», reconoce.
Aunque tuvo un breve paso por la Reserva de Atlético Tucumán, volvió al fútbol argentino a mediados de 2021 en busca de revancha y se ganó un lugar protagónico en Huracán, equipo en el que disputó 110 partidos y anotó 32 goles. Horas antes de comenzar una nueva etapa en el Montreal Impact de Canadá, el ex futbolista del Globo charló a corazón abierto con Olé sobre su pasado como leñador, el miedo al error, el impacto del fútbol argentino en su carrera, sus deseos pendientes y más.
–Antes de ser futbolista profesional fuiste leñador. ¿Cómo eran esos días?
-Fueron días difíciles. Tenía que ir a trabajar porque no tenía la posibilidad que tienen otras personas a la hora de dedicarse a alguna cosa. A su vez, estudiaba y entrenaba de noche porque era el horario en el que podía. Obviamente fue complicado porque muchas veces llegaba lastimado o con las piernas cansadas. Fue un trabajo duro, pero fue parte del proceso.
–Suele decirse que sos un futbolista de la vieja escuela por tu juego y tu look. ¿Dónde arrancaste a jugar con picardía y cómo surgió la idea de dejarte el bigote?
-Empecé en Estrella Roja de Pirarajá, un club de mi pueblo. Después pasé por el Baby Fútbol de José Pedro Varela y por Lavalleja de Minas, donde aprendí muchas cosas. Tengo un juego algo retro. Me considero un futbolista de potrero porque cuando era chico en mi pueblo éramos pocas personas de diferentes edades y me crie jugando con gente más grande. Esto me obligó a desarrollar diferentes métodos y sentidos para que me fuera bien. Y el bigote me gusta, es en homenaje a Freddie Mercury.
–¿Le tenes miedo al error? ¿Cómo manejas la presión en un puesto donde estás obligado a convertir?
-Si, tengo miedo por todo. Mi psicóloga me ayuda a enfrentar mis temores y superarlos, pero creo que es elemental entender que los futbolistas no somos robots, que tenemos emociones y sentimientos que influyen en el estado anímico. La presión es completamente psicológica. Si estás fuerte de la cabeza todo va a suceder, pero si estás mal no.
–¿Qué diferencias encontraste entre el fútbol uruguayo y el argentino? ¿Qué necesita un delantero para lucirse en tu puesto?
–En el fútbol argentino se juega mucho más tiempo. Los partidos no son tan pausados, se cortan menos que en el uruguayo. Yo creo que para lucirse un delantero necesita mucho trabajo físico.
–¿Qué te llevas del club y de tus años en Argentina? Se viralizaron varios videos de nenes llorando por tu salida
-Del club llevo el día a día en La Quemita, con la gente de la cocina, las muchachas de la portería, las personas de seguridad, los utileros, los médicos y mis compañeros. Es hermoso ir a entrenar y tener ese ambiente de laburo, lo voy a extrañar. De Argentina me llevo amigos, enseñanzas, a mi hijo argentino (su perrito Apolo) y mucho cariño. Me hicieron sentir muy cómodo mis vecinos y las familias que conocí. Con los nenes siento que solo hice lo que a mi me hubiera gustado que un futbolista hiciera conmigo desde chico.
–¿Te gustaría ser convocado por Marcelo Bielsa para la Selección? ¿Qué sueños te quedan pendientes?
-Si, sería un placer vestir la camiseta de la Selección porque trabajo para eso. Como sueño me queda pendiente mi revancha en Europa.
Matías Cóccaro con Olé
Matías Cóccaro – 7-2-2024
Matías Cóccaro habló sobre su pasado como leñador
Los números de Matías Cóccaro
Matías Cóccaro debutó en 2017 en Rampla Juniors, un club de Uruguay. Durante su etapa profesional, también vistió la camiseta de Villa Teresa, Montevideo City Toque y Huracán.
Hasta el momento, disputó 193 partidos, convirtió 53 goles y repartió siete asistencias. Ahora, tendrá un nuevo desafío en Canadá, donde representará al Montreal Impact.