Su nombre, hoy popularmente conocido por la influencia de la Premier League en nuestro consumo futbolístico, no sorprende. Tal vez sí, su potencial vínculo económico con la Argentina y su fútbol. Hace cuestión de días nomás, bien lejos de Londres y de Stamford Bridge fue el flamante presidente Javier Milei quien volvió a poner sobre la mesa al mítico Chelsea FC inglés de Enzo Fernández y Mauricio Pochettino. Y no de cualquier modo.
Después de hacerse público el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, el famoso ‘DNU’, que habilita la chance de instaurar en el fútbol argento a las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas), Milei aseguró en LN+ que “ni bien salió el decreto, Chelsea se vio interesado en invertir en Argentina». Aunque en realidad se trataba del grupo empresario BlueCo, dueño de los Azules.
«Hay muchos clubes de fútbol internacionales que quieren invertir en Argentina, porque no hace falta decir que este país es una cuna de cracks. Hay un montón de negocios para hacer con el caso argentino. Podrían estar presentándose en un lapso muy corto de tiempo inversiones por más de 1000 millones de dólares«, acotó el pope. Se mencionaron incluso algunas instituciones, aunque algunas de ellas negaron la chance terminantemente, tal como Lanús y Newell’s.
Sin embargo, la historia le regala al Chelsea una particularidad en nuestras tierras, el haber dejado un mojón que poco tiene que ver con sus actuales y tentadores millones. Los Blues ya dejaron en la Argentina su huellita futbolera…
¿Cómo era el Chelsea allá lejos y hace tiempo?
Todavía no tenían dos Champions en sus vitrinas de la calle Fulham Rd. Tampoco una. Es más, ni siquiera existía la idea, por aquel entonces, de una Copa de Campeones de Europa. En la Inglaterra de los posguerra (la Primera, claro), sólo había pensamientos de reconstrucción. Y de ir por más.
Le pasaba al Chelsea FC en el Sur de la capital inglesa. Metía 40.000 personas por partido, tenía un bolsillo más que aceptable para la dura época, pero 1929 lo encontraba perdido en Segunda División. Los Blues, en 24 años de vida, tenían buena reputación pero los resultados no ayudaban para dar el golpe.
Esa temporada no había sido de lo mejor justamente en la Football Asociation. Era un club con altos y bajos. Arrancaron en la B allá por la 1905/06 y ascendieron una temporada más tarde. Descendieron en 1924 y la historia no mejoraba. Fue un lustro más tarde cuando el presidente William Claude Kirby y el director Colonel C.D. Crisp aceptaron un convite muy especial.
Pintó la gira
Desde Sudamérica, argentinos, uruguayos y brasileños cursaron una invitación para que el Chelsea los visitara. Cerraba por todos lados. El cachet era muy bueno y sería una buena preparación para el Mundial del ’30. Para los ingleses, en tanto, sin Copa del Mundo por decisión propia, la posibilidad de medirse con otros rivales lejos de casa.
La práctica, en realidad, era moneda corriente. De hecho, allá por 1904 (antes del nacimiento de los Azules), el Southampton se convirtió en el primer elenco inglés en visitar la Argentina. Se hicieron un festín de triunfos y goles. Pero 25 años más tarde, las fuerzas estarían más parejas.
La 1928/29 fue algo decepcionante para los Blues. Novenos en la principal categoría del Ascenso, a 11 puntos del campeón Middlesbrough y a diez del Grimsby Town, el segundo que se ganó el boleto a Primera. Al menos, con una campaña de 17 triunfos, diez empates y 15 derrotas (64 goles a favor y uno más en contra), supo dejar atrás a clubes como Tottenham, Nottingham Forest y Wolverhampton.
Chelsea – 30-12-2023
Chelsea levantó su segunda Champions
En la FA Cup, la histórica competencia paralela, llegó a octavos de final, donde quedó eliminado en partido Replay ante el Portsmouth, que resultaría finalista de la Copa. Así las cosas, después de terminar la temporada ante el Reading un 27 de abril, se subieron a un barco, el RMS Asturias, para cruzar el Atlántico en segunda clase. Y entregar un sinfín de sorpresas…
Cruzaron el Atlántico en barco
Sería un tour bastante largo. La gira demandaría tres meses y 16 partidos en tres países. Demasiado para David Calderhead, su entrenador, quien optó por no viajar. Así, el ex arquero del club Jack Whitley, de 51 años, zarpó como técnico interino y suplente por las dudas. Jack Harrow, recientemente retirado de los Blues (más de 300 partidos, todos en el club), fue su ayudante de campo. Además, los popes Kirby y Crisp también metieron mano en el equipo. Y tuvieron, en un plantel pintado con jugadores escoceses e irlandeses, la chance de gestar la base del equipo que alcanzaría el ansiado ascenso en la 1929/30, después de la gira, cuando le alcanzó un segundo puesto detrás del Blackpool aunque por encima del tercero, Oldham Athletic. George Mills, con 14, fue el goleador del equipo y sería el octavo en la historia Blue. Se perdió la gira: tenía 20 años.
El primer partido del Chelsea en Argentina
En el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, el 25 de mayo de 1929, Chelsea jugó su primer partido en la Argentina. Cinco días después de su llegada al puerto capitalino. Fue un triunfo (3-2) contra un combinado de Capital, tal como se lo conoció, que además de contar con Luis Monti (San Lorenzo) en el centro del campo, planteó una delantero de lujo con Carlos Peucelle (Sportivo Buenos Aires), Alejandro Scopelli (Estudiantes LP), Guillermo Stábile (Huracán), Roberto Cherro (Boca) y Mario Evaristo (también Xeneize).
Un día más tarde, y casi con el mismo XI, los Blues cayeron 4-0 en la antigua cancha de Racing ante un Combinado de Buenos Aires integrado por Angel Bossio, la Maravilla Elástica, al arco; y jugadores de la Academia, Independiente, Lanús, Talleres de Escalada, Gimnasia LP, el amateur San Fernando y un tridente de Estudiantes, entre ellos Miguel Lauri, Manuel Ferreira y Alejandro Scopelli, autor de un doblete y participante del amistoso de la tarde anterior.
Harold Miller fue el autor del primer gol en tierras argentas. Se trataba de un ex delantero del Charlton que, incluso, le había convertido a Suecia en un amistoso con la selección inglesa. Llegó a Chelsea por 1500 libras y allí jugó 16 años. Y además traía (casi) una novedad: un número en el dorsal de la camiseta…
El antecedente
Lo cierto es que, ya en 1923, los escoceses de Third Lanark en su gira por el Río de la Plata habían sido pioneros. Pero fue sólo un touch & go. Y el hallazgo pasó rápidamente de largo. Sin embargo, esta vez, el uso y costumbre de Chelsea se trasladó durante toda la gira sudamericana: el arquero, con un número en el pecho; los jugadores de campo, con un número identificatorio (del 2 al 11) en la espalda.
La idea del presi Kirby fue revolucionaria, al punto que la prensa argentina no tardó en llamar al equipo inglés no por el color de su camiseta, como en la actualidad, sino por su particularidad en la indumentaria: Los Numerados. Semejante cuestión, esa historia made in Argentina, puede ser vista de manera destacada en el mismísimo museo que el Chelsea frente a su estadio. Recién en 1949, el hábito llegó a nuestro fútbol para darle una mano a los árbitros que llegaban desde el exterior para dar una mano en el referato en medio de un clima espeso.
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Así quedó el historial de la Champions
El balance fue mucho más prolífico para los locales. En una gira maratónica, los ingleses, inventores del fútbol moderno, ganaron apenas cinco partidos sobre 16 (perdieron ocho, la mitad). Vencieron también a nuestra Selección, a San Lorenzo, a Estudiantil Porteño y a Montevideo Wanderers: empataron contra Independiente, un combinado de Rio de Janeiro y vs Corinthians; y cayeron frente a un seleccionado porteño, Racing, un selectivo carioca, un selectivo paulista y, ¡el mismo día! ante Unión en Santa Fe y un combinado rosarino (con dos equipos diferentes, claro).
Las repercusiones del tour
«Realmente aprendimos el significado del trabajo en equipo, y el viaje por mar de 15 días de camino a casa nos preparó para el gran esfuerzo”, aseguró por aquellos tiempos el gran delantero Andy Wilson como balance de un tour donde, según contaron las crónicas de la época en Gran Bretaña, el Chelsea la pasó mal en tierras argentas, con intentos de agresión y todo. Cuándo no…
Corrió mucha agua bajo el puente. Llegados a Inglaterra, también llegó el ascenso. Y con el tiempo, una pila de títulos. Seis campeonatos de liga (cinco en la era Premier League), ocho FA Cup, cinco Copas de la Liga, dos Europe League, dos Recopas europeas, una Supercopa UEFA, cuatro FA Community Shield y… Dos Champions League. Todo muy numérico. Como esos dorsales que hicieron historia en nuestra Argentina.