El año 2023 abrió una nueva era en el fútbol; un antes y un después el pasado verano de un juego dominado por Lionel Messi, campeón de todo, hasta del Mundial que le faltaba, y
Ya no juega en el París Saint Germain, del que salió el pasado verano para su repliegue a Estados Unidos, a una competición menos exigente, menos trascendente. Ni tampoco en el Barcelona, que creyó en un regreso imposible, en el reencuentro con la figura más grande de su historia, con un jugador único que lo dirigió hacia cotas maravillosas.
Aún compite con Argentina, como líder mucho más allá del propio brazalete de capitán, con la Copa América de Estados Unidos del próximo verano a la vista, con el Mundial de 2026 en Norteamérica, que le llegará con 39 años, más borroso, como el jugador que marcó una época en el mundo y en Europa, admirado, superlativo, mientras aguarda el relevo.
Porque, a sus 36 años, Messi ya juega en la MLS estadounidense. Ni en LaLiga EA Sports española. Ni en la Premier inglesa. Ni en la Bundesliga alemana. Ni en la Serie A italiana. Ni en la Ligue 1 francesa. Ni en la Liga de Campeones. Ni en la Copa Libertadores. Ni en el Mundial de Clubes. Ni en la Supercopa de Europa. En ninguna de las competiciones más importantes a nivel de equipos del planeta.
Atrás, en la memoria imborrable del balón, sus 672 goles en 778 partidos con el Barcelona, sus 32 tantos en 75 encuentros con el PSG, sus 163 choques y 129 dianas en la Liga de Campeones, el torneo de los torneos, y su colección esplendorosa de títulos, mientras sigue adelante su carrera con Argentina, ya por los 180 duelos y 106 goles, y con el Inter Miami, con el que ha añadido once goles en 14 partidos.
El octavo, aparentemente, será su último Balón de Oro, conseguido este 2023. Antes se impuso en ese certamen en 2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2021. La descripción de una década de vigencia absoluta junto a Cristiano Ronaldo. Messi es finalista también al ‘The Best’ de la FIFA, junto a Erling Haaland y Kylian Mbappe, llamados, en un futuro más que cercano, a tomar la cima que han dejado libre él y Cristiano.
El 2023 empezó con la nueva aventura de CR7. No había ya presente ni futuro en el Manchester United, entre conflictos con Erik Ten Hag; no había logrado el club que lo permitiese seguir jugando la Liga de Campeones; concluyó su paso por los Mundiales entre los récords y pulverizó los contratos millonarios cuando fichó por el Al Nassr de Arabia Saudí, que se ha transformado en el mercado más pujante del mundo. Junto a la Premier.
Como Messi, pero meses antes, a finales de 2022, Cristiano Ronaldo terminó un ciclo en el fútbol europeo, ya para siempre, a sus 38 años. Trasladó su gen ganador, sus goles, su implacable fuerza, su tremendo fútbol, a una liga creciente, con los fichajes a golpe de talonario del último verano, entre ellos Karim Benzema.
Cristiano ganó 5 Balones de Oro (2008, 2013, 2014, 2016 y 2017). Benzema, otro, en 2022. El restante en toda esta era fue de Luka Modric (Real Madrid), ahora sin el protagonismo que siempre se ganó su talento.
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