Emoción. No hay otra palabra para describir lo que vivió Nicolás Blandi en la noche del lunes. Esos poco más de 20 minutos que jugó pudieron ser los últimos en San Lorenzo. “Gracias a todos por otra noche inolvidable. Los quiero mucho”, resumió todo lo que significó el partido ante Central Córdoba en un puñado de palabras que escribió en su Instagram.
Claro, es que el delantero de 33 años termina su contrato a fin de año y, elecciones de por medio, todavía no se sentó para definir su futuro. Por las dudas, en el día que cumplió los 200 partidos con la camiseta azulgrana, el delantero recibió homenajes de todo tipo: desde la ovación de los hinchas, pasando por el cariño de sus compañeros que hasta lo levantaron en andas y cerrando con la casaca enmarcada que destaca su trayectoria en Boedo.
“Es un momento feliz. Viví muchas cosas acá y eso es lo que me llevo. El cariño de la gente y el de mis compañeros”, señaló antes de meterse al vestuario, aún emocionado, en charla con ESPN. Y siguió describiendo lo que es su historia en el Ciclón: “Doscientos partidos, títulos, muchos festejos, mucho amor… Haber vivido diez años en este club no lo puedo dimensionar”.
Todo, sus palabras y el contexto, parecieron una despedida pero él mismo se encargó de explicar que aún no hay nada definido. “Todavía no tomé ninguna decisión. Suena como despedida pero no hablé con nadie, mi contrato termina el 31 de diciembre y hasta ese día soy jugador de San Lorenzo… Después de eso, veremos qué pasa”, dijo.
Claro, el futuro de Nico como el de varios jugadores más, será una de las primeras decisiones que tenga que tomar la nueva gestión. “Van a pasar cosas en diciembre y hay que ver qué deciden los nuevos dirigentes, el entrenador y qué quiero hacer yo”, explicó. En su cabeza está seguir jugando, en CASLA o en otro lado, pero el cariño con Boedo no se interrumpirá nunca: “Siempre voy a estar a disposición de San Lorenzo. El día que decidan que ya fue suficiente, seré uno más apoyando desde afuera”.