Javier Castrilli fue un polémico árbitro de la década del 90, representante argentino en el Mundial Francia 98, muy valorado por muchos y cuestionado por otros. Actualmente, realiza capacitaciones para referís chilenos. Pero se permitió opinar sobre la actualidad en Argentina, y tuvo un perfil muy cuestionador.
«Los dirigentes eligen instructores que responden al perfil que ellos pretenden. La conducción actual está de acuerdo con los árbitros que tienen. Me refiero no solo al señor Tapia y Toviggino, me refiero a la dirigencia en general, los presidentes de los clubes. Lamentablemente, el silencio parece abrumar, como si ninguno es perjudicado, se agarran la cabeza cuando les toca a ellos. A solas lloran por los rincones porque los perjudican los árbitros. La culpa es de los dirigentes, que votan por unanimidad, se callan la boca. Esa es la patética realidad, lo del arbitraje es patético. Lo menos confiable en el fútbol argentino son los árbitros», afirmó el Sheriff.
Se refirió al gol anulado a Claudio Corvalán, de Unión contra Boca, el último jueves. «Las imágenes de la jugada del gol son insoslayables. Igual, tenemos que agradecerle al VAR porque, afortunadamente, contra la tecnología no hay nada que lo pueda contaminarla. La tecnología los está exponiendo a, ellos. Son actos de ostentación, te refriegan por la cara ‘ves que yo hago lo que quiero’. Y lo que se sienten perjudicados levantan las manos y se callan la boca. Eso indigna, la pérdida de libertad. Hay insolidaridad, no les importa un rábano si le pasa al vecino».
«¿Dónde hay posición adelantada? ¿Me tomás por estúpido? Las líneas las tira el pulso del operador y detienen la imagen cuando ellos quieren y te dibujan lo que quieren, es tragicómico que esto pase precisamente en el país que salió campeón del mundo. Saben que una noticia tapa a la otra y especulan con esa táctica», agregó Castrilli.
«Hay varios árbitros que no tienen nivel para dirigir», sentenció Javier. Y fue más allá: «Para limpiar el arbitraje argentino, ineludiblemente, tenés que tomar decisiones drásticas». Y cuando se las pidieron, afirmó: «Yo echaría a 4 o 5 árbitros de movida, algunos son internacionales, no sirven ni para espiar».
Y dio nombres: «Han llevado a Primera División y también como internacionales a Merlos, Echavarría, Espinoza, que no están formados ni ética ni moralmente. Sus acciones lo demostraron, arrastran su humanidad haciendo creer que son árbitros».
«En mi época, con la décima parte de lo que está pasando, te echaban a patadas», sostuvo. «En 22 años de referí, la única vez que me llamaran por teléfono fue Grondona, que Deluca le pasó el número, para permitirle jugar con aro a Maradona, y le dije que no porque era contra el reglamento. Me cortó. No sé si ahora pasa, yo los sacaba cagando», contó en La Central Deportiva, de Cadena 3 de Santa Fe.
«Los árbitros perdieron la libertad, tienen miedo de quedarse sin trabajo (…) Nosotros éramos dueños reales de la conducta. No se puede hacer beneficencia y cuidar a los árbitros, lo que hay que hacer es cuidar al fútbol», reflexionó.
«Si vos ponés a un árbitro que no sabe dirigir, sabes que vas a perjudicar a una institución, porque se va a mandar una macana», aseguró. «Está todo podrido, lugar en donde pones el dedo sale pus», se sostuvo.
Además, recordó la baja de Diego Abal del plantel de referís tras el offside que le cobró a Gimnasia contra Sarmiento desde el VAR. «¿De qué manera lo defendió la Asociación Argentina de Árbitros? Fue el mismo secretario general fue el que lo echó. Es un despropósito. Obviamente, usan a Beligoy para destruir al otro sindicato, Nadie dice nada. Pero después cuando te anulan un gol contra Boca todo queda reducido a que el árbitro se equivocó. No es eso. Está todo podrido», contó.
«El hincha no le pude echar la culpa al árbitro. El problema es estructural. Tenés que pedirle a tu presidente que vote para echar a Beligoy», cuestionó sobre el director nacional de arbitraje.
«Por supuesto que entiendo que siga Beligoy. Hay una línea coherente. Si tenés a Pablo Toviggino (NdeR: tesorero de la AFA) que está apretando a los árbitros para que renuncien a un sindicato porque si no no le dan partidos. Y ningún organismo gubernamental se mete a terciar en esa discriminación laboral, con esa línea directriz, ¿cómo no vas a tener a los árbitros que tenés? ¿Cómo no vas a designar a un ente funcional a tus intereses como Beligoy? Es un instructor permeable al poder», criticó con dureza.
«A esos árbitros que hicieron desastres, que se les sentaron jugadores en el campo de juego, cada vez que hay un partido importante ya saben qué nombres le van a tocar y qué van a hacer. Esos fueron premiados y llegaron a internacionales», dijo.
«Hay dirigentes que en los pasillos dicen que no hay que meterse porque los van a perjudicar. Se callan la boca», reveló Castrilli. «Esto es como estar en un gobierno que es una banda de corrupto. ¿Cuál es la herramienta? El voto, para terminar con los presidentes pusilánimes que levantan la mano y la dirigencia sigue ganando por el voto unánime. Ponen por aclamación, y después mueven sus hilos políticos para que la IGJ no declara viciada de nulidad una votación por Zoom para que sean reelectos. Las irregularidades en el fútbol argentino no son gratis. Cuando vemos una injusticia, como un offside de un corner, no nos reduzcamos. Esto es la punta del iceberg de una manipulación del ámbito arbitral para beneficio de pocos. Las designaciones son manipuladas para conformar al club de amigos. Esto pasa desde hace años», apuntó con dureza.