Serie A | Insigne y Osimhen despiertan al Nápoles

El Nápoles sigue alternando actuaciones decepcionantes con partidos positivos. Tras el absurdo empate con el Sassuolo, los sureños batieron 3-1 al Bolonia de Mihajlovic, en una noche que certificó el regreso de Victor Osimhen y la sobresaliente temporada de Lorenzo Insigne. El capitán azzurro se fue enfadadísimo del campo en Reggio Emilia por el 3-3 encajado en el descuento, gritando contra sus propios compañeros. Su rabia se convirtió en otro gran partido, que comenzó con una precisa rosca desde el límite del área que finalizó una jugada con Fabián y Zielinski, y valió el 1-0.

El Bolonia, no obstante, dejó claro que no iba a rendirse fácilmente con un zurdazo de Skov Olsen, que se topó con el poste. Antes del descanso, además, hubo un gol anulado a Palacio por fuera de juego. El argentino, a pesar de sus 39 años recién cumplidos, sigue siendo decisivo y fue de los mejores durante todos los 90 minutos.

En la segunda parte, Gattuso sustituyó a un Mertens todavía en condiciones muy precarias con Victor Osimhen. El nigeriano saltó al campo enchufado, mostrando un estado físico que no se veía desde octubre. No marcó un gol justo desde el partido de ida con los rossoblú, porque luego pasó por una lesión en el hombro, el covid y un golpe en la cabeza que le pararon durante 14 jornadas en total. Esta vez, en cambio, se vio el jugador por el que el Nápoles invirtió casi 60 millones de euros. Marcó un tanto que resume perfectamente lo que le pedía Gattuso: atacar los espacios para jugar en vertical. En el 65 ‘aprovechó un pase de Zielinski, superó con su rapidez a Danilo y ganó el mano a mano con Skorupski. Poco después, sin embargo, perdonó el posible 3-1 chutando fuera a puerta vacía, y su fallo pasó factura ya que un mal pase de Ospina le regaló a los visitantes el 2-1, que realizó Soriano.

Insigne, sin embargo, volvió a ejercer de líder y con un derechazo from fuera del área alargó otra vez la ventaja de los azzurri, que pasaron el último cuarto de hora sin apuros. A pesar de la mala temporada, el Nápoles sigue vivo en la lucha por el cuarto puesto, que tiene a tres puntos con un partido menos. Su curso se decidirá a partir del próximo domingo: le esperan las citas con Milán, Juventus y Roma.