las que más lo ha vivido es Marta Torrejón (Mataró, 27 de fenrero de 1990). Es una de las capitanas, es la alegría de su casa y la sonrisa del vestuario, y MD quiso conocer más en profundidad a la dueña de la banda derecha azulgrana.
¿Como está viviendo estos días?
Estoy tranquila, hay que disfrutar el momento. Cuesta mucho llegar hasta aquí. Igual cuando llegue el partido hay nervios pero esta semana es para disfrutar, con el equipo y la familia.
¿La rutina es la de siempre?
Son días normales, la rutina que llevamos es la correcta. Trabajo, entrenamiento, descanso y alimentación, todo esto que nos ha llevado a esta final, son los correctos. Cambiar y hacer algo diferente para la final no sería lo mejor para mí.
¿Qué ha cambiado desde Budapest?
Fue un punto de inflexión. Dimos un paso adelante a nivel deportivo, de entrenamiento, de descanso y de alimentación. Tanto yo como por todo el equipo, el paso ha sido gigante y estamos llegando donde queríamos llegar. Nos faltaba aquel punto físico y en estos años hemos dado el paso.
¿Qué le marcó tras aquella final?
Todas fuimos conscientes de dónde queríamos llegar y lo que teníamos que hacer para llegar. Y era entrenar, entrenar y entrenar y lograr ese punto de profesionalidad para tener el nivel.
Acabe la frase: ‘El éxito del Barça femenino es gracias a…’
Al trabajo y esfuerzo de la gente.
¿Europa le debe una a la familia Torrejón?
Esas palabras las dijo mi madre esta semana en casa. ‘La UEFA nos debe una Copa, una final’. A la final de mi hermano (Espanyol-Sevilla en 2007), desgraciadamente, mis padres no pudieron viajar porque compraron billetes de un avión falso que no llegó a salir. Aparte que perdió mi hermano la final, les supo muy mal porque no pudieron ni estar. Y encima luego yo voy a Budapest y en 20 minutos te liquidan.
¿Cómo es usted en casa?
Esto lo tendrían que decir ellos pero me considero una persona muy abierta, que le gusta hacer bromas, siempre intento que la gente sonría y se lo pase bien. Es lo importante, ser felices y pasarlo bien, al final solo tenemos esta vida y hay que aprovecharla con la gente que queremos. Con mis padres soy muy cariñosa. Me gusta mucho pasar tiempo con la familia y mis amigos.
¿Qué recuerdos de infancia tiene?
Mi madre me dice que siempre he sido muy feliz. Tranquila pero con ese punto travieso de los niños, muy estudiosa y responsable. Siempre muy feliz, cariñosa y recuerdo mucho los veranos en la playa con toda mi familia. Íbamos en el coche cargados hasta arriba, abuelos, tíos, primos, todos juntos, y en la playa jugando a palas con las colchonetas. O cuando íbamos de vacaciones con mis padres y mi hermano a Peñíscola, tengo muchos recuerdos y solo tengo recuerdos bonitos y agradables.
¿Y todos con un balón?
El balón siempre estaba en el maletero, siempre había uno. Yo comencé pronto y me hermano comenzó mucho antes. En el descanso de sus partidos me llevaba el balón y jugaba, y así empezó mi historia. Me vieron en el descanso de mi hermano y me dijeron si quería hacer las pruebas en el Espanyol.
¿Cómo se ve dentro de diez años?
Ahora no lo sé. Es complicado porque tengo 31, me queda un año más de contrato, físicamente estoy muy bien y tengo muy buenas sensaciones en el campo. No tengo previsto cuándo dejaré de jugar. Diez años son muchos, me gusta más mirar a corto plazo i ahora solo pienso en jugar.
¿Qué hace fuera del fútbol?
Intento pasar tiempo con mi familia. Ahora tengo piso nuevo, y poco a poco intento ir colocando las cosas, mi familia me ayuda mucho. También encontrar agujeros para mis amigos. Me gusta salir a andar e ir a la montaña y a la playa.
Tiene fama entre sus compañeras de gustarle los videojuegos.
(risas) Es verdad que a los viajes siempre me llevo la Nintendo. Además, como me gusta muy poco volar, el videojuego me entretiene porque si hay turbulencias y estoy en una partida o en una carrera del Mario Kart pues quizá estoy más distraída y no hago tanto caso. No juego tanto como piensan pero fui de las primeras que llevó la consola a los viajes.
¿Lo del ‘8’ es por algo especial?
No tiene ningún motivo especial, es simplemente el número que me gusta de bien pequeña. No sé porque ya que mi padre no lo llevó nunca y mi hermano tampoco.
¿Qué siente cuando ve una niña o un niño con su camiseta?
Mucha emoción, la verdad. Orgullo de ver como estas niñas y niños crecen con referentes femeninos, que es importante, y este pensamiento de igualdad de género, de diversidad, de que cualquier niño o niña tiene que tener la oportunidad de poder disfrutar de lo que le gusta sin tener ningún impedimento. Me da mucha emoción y es una señal de que las cosas avanzan y vamos adelante.
¿Qué tiene el Estadi Johan Cruyff?
Es el estadio hecho a medida para nosotras. Con todo el amor, es una de estas cosas especiales y se nota en los partidos y en los resultados, es algo muy especial.
También ten tengo que decir que el Miniestadi tenía su punto especial.
Cuéntenos la historia de los 4 goles y la corazonada de su padre.
Es una de las mejores historias que tengo. Estaba en el vestuario al lado de Alexia y Mariona. Mi padre no me suele escribir antes de los partidos, y me mandó un mensaje que decía ‘tráete la pelota a casa’. Yo le contesté ‘para eso tengo que meter tres goles’ y me dijo ‘pues los metes y te la traes’. Se lo enseñé a Alexia y Mariona y mira, no metí tres sino cuatro y me llevé el balón a casa. Y ahí está bien guardado.
¿Quién son las mejores amistades que le ha dado el fútbol?
La verdad es que varias. Muchas especiales, como Silvia Meseguer, Natalia Pablos, Ruth García, Leire Landa, Alexia… me sabe mal dejarme alguien pero tengo varias especiales.
¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
Siempre he escuchado mucho los consejos de mi padre. Reforzarme, que sea ambiciosa, que trabaje, siempre está muy pendiente de mis partidos, siempre me ha acompañado a todos lados. Mi abuelo también recuerdo que me daba muchos consejos, me decía que tenía que trabajar la cintura para girarme y ser más rápida. Ese consejo de mi abuelo siempre lo tengo en la cabeza.
¿Borraría algún día de su carrera?
No, ninguno. Ha habido momentos difíciles, malos, complicados o tristes, pero intentas sacar la parte positiva porque te ayudan a mejorar. Aunque no sean recuerdos agradables, sirven.
¿Viajará su familia a Suecia?
No pueden venir, las restricciones en Suecia son muy estrictas y es una lástima que no puedan venir, pero sé que mi madre preparará cena en casa para que venga familia a ver el partido. Me seguirán y nos darán ese empujón que será muy importante.
¿Cuál será su último pensamiento antes de ir a dormir mañana?
La final
¿Qué será lo último que le pase por la cabeza antes del inicio?
Mi familia. Es difícil saberlo pero creo que será así.
¿Y si ganan, cuál será su primer pensamiento?
También mi familia. Estarán muy orgullosos de haber conseguido este título. Y en toda la gente que hay detrás trabajando para que lleguemos donde hemos llegado.