El 11 que piensa Demichelis para recibir a Argentinos

Nadie dijo que iba a ser fácil. Se sabía: el desafío que asumió Martín Demichelis era de entrada tan grande como el ciclo que expiraba cuando él estaba en gateras. O más aún: al ex entrenador del Bayern Munich II le tocaba agarrar un River que tiene, a escala del fútbol argentino, un plantel de alto renombre, pero que también venía con algunas fallas estructurales que se repitieron cíclicamente a lo largo de un 2022 que no le hizo honor a la era más maravillosa de la historia moderna del club: una defensa que jamás pudo asentarse, un equipo que tantas veces no capitalizó su posesión, de mandíbula floja para pagar caro errores no forzados, sin una mentalidad fuerte para no desviarse de la idea ante el primer golpe. No es poco el trabajo que tiene por delante Micho, especialmente porque el sábado en Córdoba con Belgrano aquella radiografía de la última temporada se sintió demasiado actual.

En cualquier caso, la de este domingo será una buena medida para empezar también a conocer a Demichelis como deté: hasta la derrota en el Kempes, su arranque entre ensayos de pretemporada y el debut en la LPF había generado ilusión, incluso con un cuerpo técnico que de entrada pareció reconocer esa fragilidad defensiva y se mostró decidido a atacar el problema, ocupándose primero del cero en su propio arco. Los dos golpazos que fueron los goles de Vegetti propiciados por errores infantiles de Enzo Díaz primero y Andrés Herrera después pudieron haber llegado a tiempo como llegó a tiempo la derrota de Argentina ante Arabia en Qatar.

Dependerá de River. Así, el desafío coyuntural que se le presenta a MD es cómo responder ante uno de los avatares de este juego que es perder: si hace cirugía mayor en el equipo o decide sostenerlo. Él ya dio una pista clara en su conferencia post 0-2: “Les dije a los jugadores que esta derrota no debe generar desilusión: es el partido en el que menos situaciones de gol nos crearon desde que vine”. Micho así adelantó el espíritu que quiere instalar desde esta mañana de martes, cuando el plantel vuelva a entrenarse pensando en un durísimo Argentinos de Milito, un rival muy trabajado que contra Racing mostró muchísima intensidad y una presión escalonada que asoma peligrosa con el antecedente del sábado.

Sí, Demichelis no quiere que la última caída interrumpa el proceso de crecimiento que venía mostrando su River. Y por eso no piensa hacer demasiados cambios. Claro, tampoco es que cuente hoy con tantísimas variantes que pujen para meterse en el 11, especialmente con Paulo Díaz y Mammana -potenciales titulares en el fondo- lesionados, o incluso con un Héctor David Martínez que recién esta semana espera el alta de la tendonopatía rotuliana en la rodilla derecha y que no ve acción desde mediados de octubre, hace casi cuatro meses. Si a HDM aún no lo ven para ir de entrada, Micho deberá o bien darle revancha a Enzo Díaz en ese lugar o ubicar allí a un Leandro González Pirez que hoy tiene poco handicap en la mirada de un Monumental que estará explotado por 83.196 hinchas: las dos opciones suponen un riesgo lógico.