Los primeros 100 días del presidente Biden en Estados Unidos han sido auspiciosos y, en muchos casos, sorprendentes. El presidente de mayor edad en asumir ese cargo parece un millenial hiperactivo. Con un gabinete caracterizado por su diversidad de género, origen étnico y orientación sexual, está llevando adelante los cambios más osados en varias décadas en ese país.
Su prioridad ha sido la pandemia. Cumplió anticipadamente la meta de administrar 200 millones de vacunas, lo que está permitiendo proteger la salud y reanimar la economía. Como ofreció, muchos estadounidenses podrán celebrar su fiesta del 4 de julio en familia y dejando atrás tanta desgracia.
Otra de sus primeras medidas fue retornar al Acuerdo de París y convocar a una cumbre ambiental en la que se comprometió con la lucha contra el cambio climático y con ambiciosas metas de reducción de emisiones.
En el frente económico, Biden está pateando el tablero con su Bidenomics. Junto con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la primera mujer en ocupar ese cargo y una de las profesionales más preparadas para enfrentar esta crisis, aprobó un paquete fiscal por USD 1.9 trillones para las personas y pequeñas empresas más afectadas.
Ha planteado dos programas adicionales: USD 2 trillones, para financiar infraestructura sostenible y fortalecer la productividad y el empleo, y USD 1.8 trillones para crear oportunidades para la mayoría y reducir la desigualdad, un problema explosivo. Serían financiados con una reforma tributaria que aumentaría impuestos a empresas y personas más ricas.
Estos programas sumarían USD 5.7 trillones (29% del PIB), la mayor expansión fiscal desde el New Deal en los años 30 del siglo pasado. Para Ecuador, esta expansión ofrecería una oportunidad única para dinamizar sus exportaciones a ese mercado.
El principal riesgo es el aumento del déficit fiscal y la deuda que podrían desatar presiones inflacionarias y volatilidad financiera. Las tasas de interés de mediano plazo ya subieron frente a esa perspectiva. De esto, Yellen es una experta, pues era su tema favorito como profesora emérita de la Universidad de Berkeley y como expresidenta del Banco Central de Estados Unidos (FED).
Hay muchos desafíos pendientes. Uno de ellos es la relación con América Latina, en la que Ecuador podría jugar un rol interesante. En medio de una inédita crisis socioeconómica y polarización política, con varios mandatarios latinoamericanos que están de salida, desgastados o alejados de los Estados Unidos, suponga que Biden quisiera hacer un zoom con líderes de la región. ¿A quién llamaría? Se me ocurren solamente 3 países, y uno de ellos sería Ecuador. Esta es una oportunidad excepcional para que el país fortalezca su agendacomercial y financiera con Estados Unidos en un marco de cooperación y mutuo respeto.