El segundo gol de Boca a Estudiantes, un tremendo zurdazo de Marcos Rojo al ángulo derecho de Mariano Andújar, tuvo un protagonista inesperado. Un niño ingresó a la cancha y se abrazó con los jugadores en pleno festejo. Se sumó a sus ídolos y vivió algo así como el sueño del pibe…
El menor de edad recibió una caricia al alma por parte de los futbolistas: lo ayudaron a volver a la platea. Incluso, Rojo apartó a un oficial de seguridad, mientras el referí Hernán Mastrángelo también lo acompañó. Y mientras Pol Fernández le daba un beso en la cabeza, Sabe Villa lo llevaba de la mano.
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Villa y Pol llevan al niño que ingresó a la cancha.
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