El actual campeón de Copa Libertadores Debutó en la competición, a las 21h de este miércoles, con la típica presión de quien parece que lleva años en la cola por un título. La inusual situación hace Palmeras enfrentar el Universidad, en Lima, Perú, con la carga de demostrar que, a unos tres meses de ganar la edición 2020 del torneo, la plantilla sigue siendo capaz de ser competitiva y acabar con el peor momento de la ‘era Abel Ferreira’.
El técnico portugués llegó a Brasil en noviembre y nunca se había enfrentado a un momento tan tenso. El equipo ha acumulado dos vicios recientes en la Supercopa do Brasil y Recopa Sul-Americana. Más tarde, Palmeiras perdió el clásico ante So Paulo e hizo graffitis en la pared del estadio en una protesta. En la secuencia, empató con Botafogo-SP, en Ribeiro Preto, y llegó al cuarto juego consecutivo sin ganar.
El momento de la colección se ve contrarrestado por la alegría de un club que el año pasado celebró una de las mejores temporadas de la historia. Las conquistas de Copa Libertadores, Campeonato Paulista y Copa do Brasil hicieron que Palmeiras se alzara con la llamada triple corona y disfrutara de una tranquilidad poco común. Toda esa euforia desaparece ahora, justo en vísperas de un partido importante.
«Solo quiero que esa afición que escribe lo que quiera, que recuerde un poco el camino que han tomado estos jugadores y este entrenador. Tenemos que pensar muy bien, el presidente, los jugadores, el entrenador, que somos uno. Si somos uno cuando ganamos, entonces tenemos que repensar nuestro lema ”, dijo Abel Ferreira.
Parte del descontento de la afición se debe a la falta de novedades en la plantilla para el torneo. El único refuerzo registrado fue el centrocampista defensivo Danilo Barbosa, cedido por el Niza, de Francia. El club tiene una negociación en curso con el delantero argentino Castellano, de Nueva York, de Estados Unidos. Sin embargo, solo será posible contar con el jugador en la Libertadores para el nocaut.
En todo este escenario de presión y cobranza, Palmeiras aún enfrenta un calendario muy apretado. Desde hoy y hasta fin de mes, el club jugará cinco partidos en diez días, secuencia que pone a prueba la capacidad de la plantilla para corregir fallas incluso si logra entrenar.
La expectativa por el partido de Lima aumenta sobre el Palmeiras porque el rival peruano es teóricamente el rival más fácil en la fase de grupos. Sin grandes estrellas en la plantilla, Universitario está apoyando en una clave que tiene además del actual campeón, a los dos últimos ganadores de la Copa Sudamericana. Independiente Del Valle de Ecuador y Defensa Y Justicia de Argentina son oponentes más calificados y experimentados.
Por ello, el triunfo adquiere importancia pues no es necesario recuperar puntos en escenarios más difíciles, como en la altura de Quito o en Argentina.
La preparación del Palmeiras para el partido en Perú no fue fluida. Debido a la pandemia, las autoridades peruanas incluso vetaron la salida del equipo del hotel a entrenar para evitar el riesgo de contagio con el covid-19. La misma condición se le impuso al So Paulo, quien se enfrentó al Sporting Cristal en Lima.
Sin embargo, el equipo de alviverde logró obtener una liberación de última hora y logró entrenar fuera del hotel. El trabajo final fue en el CT de la selección peruana.
La principal novedad del juego en el lado izquierdo. El uruguayo Matías Vía está suspendido por ser expulsado en la final de la Recopa ante Defensa Y Justicia la semana pasada. Después de regresar de la cesión al Botafogo la temporada pasada, Víctor Lus ganará la oportunidad de ser titular.
«Cualquiera quería esta oportunidad. Disputar la Libertadores es algo inexplicable. Conocemos la obsesión de todos con este campeonato. Como actual campeón, será difícil mantener esta retrospectiva», dijo el lateral.